lunes, 21 de noviembre de 2016

Castelo Bom, mirador de Portugal

Aunque no está incluida en las llamadas Aldeias históricas de Portugal, no dejéis de visitar Castelo Bom por muchos motivos pero sobre todo por la belleza de su casco histórico medieval que además es patrimonio nacional desde 1946. 

Calle típica de Castelo Bom
Llegar hasta allí no es tarea fácil. Castelo Bom no dista demasiado de otros puntos de interés del país luso como son Almeida o Castelo Mendo y de la frontera con España (10 kms, aprox.), quedando un poco apartada de las autovías sin embargo, aunque su ubicación no le favorece, creo que es precisamente ese aislamiento lo que le confiere ese encanto de aldea decadente.


Casa típica

La villa medieval de Castelo Bom, de unos 180 habitantes, se sitúa al borde de una meseta elevada junto al río Côa, que forma parte del Patrimonio Mundial de la UNESCO por su arte rupestre paleolítico con una antigüedad de más de 25.000 años. Este río nace en la frontera con España y va a verter sus aguas al Duero atravesando el país de sur a norte y trazando un profundo valle.

Vistas del valle del Côa
Las vistas desde cualquiera de los miradores de Castelo Bom son fantásticas y dominan tanto el territorio fronterizo como el río Côa desde unos 725 metros de altitud. Mi recomendación es que no os perdáis todo lo que tiene que ofrecer este pequeño pueblo que puede recorrerse fácilmente en 15 minutos.

Castelo Bom fue un castro habitado ya durante la Edad del Bronce que perteneció posteriormente a Hispania y al Reino de León. Fue durante la Edad Media cuando la villa pasó a pertenecer al reino de Portugal por el tratado de Alcañices y, bajo el mandato del rey D. Dinis, se reconstruyeron el castillo al que hace referencia su nombre y las murallas. La villa vivió entonces su periodo de mayor esplendor entre los s. XIII-XVI. Es una verdadera lástima que hoy en día sólo podamos contemplar algunos restos como la muralla, la puerta de la villa con su arco, el blasón, la cisterna sur, el depósito de municiones y un par de pozos.

Pozo en el centro de la villa
El castillo debió contar en su día con una torre del homenaje, doble muralla y dos torres defensivas de planta cuadrada que cobijaban a los reyes y señores de la región y que, posteriormente, durante la Guerra de la Independencia, sirvió de centro de operaciones para las tropas del duque de Wellington. Pero su posterior abandono lo llevó a su estado actual.

Puerta de la Villa
Nuestro paseo nos llevará en primer lugar hasta la Puerta de la Villa, de estilo gótico, es la parte de la muralla que mejor se ha conservado hasta hoy. Podréis encontrar otros restos de la muralla cerca de los miradores. El calor apretaba cerca de la hora de comer y apenas nos topamos con lugareños con lo que la sensación de estar recorriendo un pueblo fantasma se reforzaba.


Casa do Fidalgo
En las calles empedradas de la villa hallamos casonas señoriales con sus escudos de armas como la Casa do Fidalgo del siglo XVI, en la que una señora ya entrada en años cuidaba sus plantas, pero también pequeñas casas humildes que aprovechan las enormes rocas graníticas del promontorio para fijar sus cimientos y resguardarse de los vientos.

Mirador
La iglesia de Nuestra Sra. de la Asunción se sitúa en la plaza principal donde también se encuentra el Ayuntamiento. De la picota o pelourinho ya desaparecido sólo encontramos la base emplazada sobre unos escalones. Tras acercarnos a los miradores sobre el valle del Côa para deleitarnos con las vistas, volvemos sobre nuestros pasos y nos topamos con uno de los dos pozos que abastecían a la población. Sin duda, una de las ventajas de esta fortaleza fue su elevada situación. Sin embargo, las labores de restauración llevadas a cabo a finales del s. XX en Castelo Bom no fueron suficientes para que la villa fuera incluida dentro de las Aldeias históricas de Portugal, algo inexplicable pues el lugar bien vale la pena.

Iglesia en la plaza restaurada de la villa
A pesar de todas las dificultades Castelo Bom no ha quedado relegado en el olvido ni ha sido abandonado y goza de unas envidiables vistas panorámicas sobre el Côa que pueden competir con otros municipios lusos de la Beira Interior.

Susana


4 comentarios :

  1. No había oído hablar de Castelo Bom. Muy interesante lo que nos cuentas, parece un sitio bonito y agradable, me llama la atención que no se vean turistas y gente en las fotos, por lo que dices es un pueblo algo aislado. Es un gusto cuando se llega a un sitio y se puede pasear y conocerlo cuando no hay nadie.

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    1. Es una aldea pequeña y no tiene muchos habitantes pero en realidad la falta de gente se debía al tremendo calor que hacía ese día (42 grados) y poca o ninguna sombra. Eran como las 12:30 de la tarde. De hecho, la cámara de fotos se recalentó y se apagó por seguridad pero mereció la pena conocer este pueblo.

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  2. Siempre se agradece una escapada a nuestro país vecino y encontrarse con lugares tan tranquilos como este. Yo tampoco había oído nunca hablar de Castelo Bom y ha sido una sorpresa encantadora donde se disfruta de su arquitectura tradicional de esta pequeña aldea.

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  3. Un rincón del interior de Portugal que me gustaría conocer. Parece una zona tranquila, fuera del bullicio turístico de las ciudades y en un entorno muy agradable.

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