Entre la Sierra de Ayllón y Somosierra,
en la parte noroccidental de la provincia de Guadalajara hay un grupo de
pequeños pueblos con una peculiar arquitectura. Las casas y las chimeneas, los
establos y corrales, las vallas y los puentes están hechos de sillarejo
pizarroso. Grandes cubiertas de pizarra negra lo cubren todo y se mimetizan con
el entorno.
Piedra, madera y pizarra son
las materias primas utilizadas por los lugareños. Estos valles están formados
por grandes estratos de pizarra que se usan como material de construcción. Pieza
a pieza dan forma a las paredes y
techos.
Las montañas, jaras y acebos
rodean los llamados "Pueblos Negros" que son, entre otros, Campillejo, El Espinar, Roblelacasa,
Umbralejo, Campillo de Ranas, Robleluengo, Majaelrayo y Valverde de los
Arroyos. Este último es el que más me gusta de todos.
Valverde está rodeado de arroyos
y cascadas y situado en el monte, en la vertiente
oriental del Ocejón. El tomillo, romero
y lavanda desprenden su aroma por estas tierras. Dentro del pueblo destaca la
Plaza Mayor, pero paseando por las calles de la villa su arquitectura artesanal
nos brinda encantadores rincones con portones de madera, grandes chimeneas,
pequeñas ventanas y balcones adornados con flores.
Campillo de Ranas se ha hecho
famoso por la celebración de bodas civiles y más concretamente las protagonizadas
por parejas gay. Es un pueblo muy
cuidado donde las construcciones mantienen todas el mismo estilo, incluyendo la
Iglesia de Santa María Magdalena, formando un conjunto muy particular.
Desde Majaelrayo los montañeros
emprenden el ascenso al Ocejón. Situado entre los ríos Sorbe y Jarama, el Pico
Ocejón (2.048 m.) es la referencia de la comarca. Los tonos azulado, verde, plateado
y violeta son los colores de los "pueblos
negros" que aparecen en sus laderas.
Se está creando la marca
"AN" para los pueblos de la arquitectura negra de Guadalajara, con el objetivo de dar a conocer el potencial
turístico de la zona.
Durante nuestra ruta alcanzamos
la cima de Alto Rey con una ermita ubicada en la cumbre. Desde aquí se obtienen
unas espléndidas vistas, abarcando cuatro provincias: Madrid, Segovia, Soria y
Guadalajara.
Cuando se recorren estas tierras
austeras de largos inviernos, no dejarán de sorprendernos por su sencillez, misterio y silencio.
Inma
Precioso, merece la pena sin duda escaparse a visitar estos pueblos y descubrir sus preciosos rincones, además de su arquitectura tan peculiar. Cada una tiene su estilo, pero todos coinciden en la pizarra como material de construcción. En mi opinión también coincido contigo y Valverde de los Arroyos es el que más me gustó de todos.
ResponderEliminarSin ninguna duda merece la pena acercase a ver estos pueblos. Me gustó mucho la zona y coincido con vosotros, Valverde de los Arroyos es el que más me gustó y muy cerca de allí está la chorrera de Despeñalagua, impresionante.
ResponderEliminarUna zona muy interesante la de los pueblos negros de Guadalajara con sus curiosas construcciones de pizarra y madera que conforman una arquitectura única. Son de visita imprescindible todos y cada uno de los pueblos que forman esta comarca aunque, al igual que vosotros, yo me decanto por Valverde de los Arroyos, desde donde se pueden realizar rutas y excursiones a pie por la exuberante naturaleza que ofrece la Sierra de Ayllón. Gran propuesta de cara al calor veraniego que estamos padeciendo los del centro de la Península.
ResponderEliminarNo seré yo quien os lleve la contraria al decir que Valverde de los Arroyos es el pueblo más destacado de la arquitectura negra, por su ubicación y los servicios que ofrece al turista, aún así manteniendo el carácter rural y austero que caracteriza a esta zona de Guadalajara. Me resulta alucinante que tan cerca de Madrid se encuentre esta zona tan recóndita y aislada, poder visitarla entre semana tiene que ser un remanso de paz y tranquilidad. En esta zona ahora viven del turismo, pero años atrás tendría que ser una vida muy dura, os recomiendo que visitéis el museo etnográfico de Valverde y observéis las fotos antiguas situadas en la 2 planta, veréis las condiciones tan duras en las que vivían. Gran artículo Inma
ResponderEliminar