jueves, 28 de julio de 2016

La belleza de Monells

Cuando uno se acerca a Monells, a primera vista diría que es un pequeño pueblo sin encanto alguno. Nada más lejos de la realidad, cualquier visitante no saldrá defraudado, se le reflejará el asombro en la cara al recorrer su laberinto de arcos y es que su belleza interior es absolutamente extraordinaria.



Su emplazamiento sobre el camino viejo de Ampurias, prácticamente en la frontera de los condados de Girona y Ampurias, favoreció a la población permitiéndole muchos privilegios: los prohombres no estaban obligados a coger las armas, los pleitos se hacían en el pueblo sin depender de los jueces, además de tener un importante mercado semanal que fue la base de su prosperidad.


Cuando llegues busca su evocadora Plaza Mayor, también llamada de Sant Jaume. Verás que su forma de rectángulo irregular está rodeada de casas con pórticos levantados entre los siglos XV y XVIII. Busca entre dos arcadas La Mitgera de Monells, un medidor de grano adosado en el hueco de una piedra. Dicen que por un decreto de Jaime I de Aragón en 1234, se utilizaba como patrón de medida oficial para los cereales de todo el obispado de Girona.


Esta singular plaza es el centro del barrio del castillo que se extiende al pie de una pequeña colina, donde se asentaba la fortaleza del siglo XI de la que tan solo quedan unas pocas ruinas esparcidas en el terreno. Lo que sí puedes ver son los vestigios de las murallas que rodeaban el barrio, aún se conservan algunos fragmentos de muros y dos torres de planta rectangular.



No hay que perderse la pequeña plaza de l´Oli (del aceite) también con bellos pórticos y la calle de los arcos. Aunque te diré que en este pueblo todo es encantador, se hace muy difícil destacar una cosa de otra. Está claro que lo poco que hay en Monells sabe a mucho. Así que da una vuelta por el otro lado del río, verás casas de los siglos XVI-XVII y también la iglesia parroquial de Sant Genís, un edificio gótico de una sola nave y diversas capillas menores.



Si has visto “Ocho Apellidos Catalanes” quizás reconozcas este precioso pueblo medieval que pasó a llamarse Soronelles. Te diré que desde que apareció en la película ha multiplicado el número de visitantes para asombro de sus pocos habitantes.



                                                                                                                                                           Rafa

4 comentarios :

  1. Un pueblo donde se respira un buen ambiente medieval, lejos de la masificación y con el típico aire de pueblo catalán. Un auténtico placer pasear por sus pequeñas y estrechas calles donde a cada paso se descubre rincones encantadores.

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  2. Un pueblo encantador como bien dices, Rafa, es agradable pasear por él, con sus bonitas plazas y las calles con los arcos. Hace tiempo que estuve por allí pero me gustó reconocerlo al ver la película que mencionas, y ahora recordarlo al leer tu artículo.

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  3. Existen varios pueblecitos en la provincia de Girona parecidos a Monells pero, desde luego, coincido contigo, Rafa, en que este tiene una belleza particular. Los arcos de su plaza porticada y esas calles "alicatadas" de piedra de arriba a abajo con las flores trepando por los muros son bellísimos. Un oasis para refugiarse del tórrido verano. Muy buena opción a descubrir en una escapada a la Costa Brava, por ejemplo.

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  4. Una maravilla este pueblo que nos traes al blog, Rafa. No tuve la oportunidad de conocerlo cuando visité Girona, pero veo que hubiera merecido la pena, preciosos los arcos, las plazas y los rincones tan coquetos que nos muestras en las fotos. Que un pueblo, paraje o ciudad aparezca en una película o serie de éxito es un empujón fundamental para el aumento del turismo y una fuente de ingresos extra. Es uns nueva forma de viajar la de recorrer localizaciones de películas. Gran artículo.

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