Unos días antes de viajar a Oporto, mientras preparaba información para nuestra visita leyendo guías y comentarios de otros viajeros, me percaté de que la esencia de esta ciudad se halla en el modo de vida de sus gentes. En Portugal, al igual que en España y otros países mediterráneos, se hace mucha vida en la calle. El sol aquí no es tan frecuente pero, durante nuestra estancia en Oporto, tuvimos la enorme suerte de disfrutar de unos días completamente despejados y una temperatura excelente en torno a los 20º. Este clima y la amabilidad de las personas con las que nos topamos en la ciudad hicieron que nuestro viaje fuera inolvidable.
Ayuntamiento de Oporto |
Comenzamos nuestro recorrido por las calles de la ciudad dirigiéndonos a la Plaza de la Libertad, una céntrica plaza en el corazón de Oporto. En su extremo más elevado se sitúa el Ayuntamiento, cuya torre blanca y esbelta es visible desde muchos puntos del casco histórico. La plaza está rodeada por una serie de magníficos edificios blancos de estilo modernista de finales del s. XIX y principios del XX, que forman un conjunto muy armonioso. En el extremo opuesto os sorprenderá un McDonalds ubicado en un precioso café de estilo modernista que cuenta con una protección especial por lo que su decoración no se ha visto modificada. Enfrente podéis reponer fuerzas en uno de los establecimientos con más solera de la ciudad, el Café a Brasileira, también de estilo modernista.
Plaza de la Libertad |
Dejamos atrás la plaza para adentrarnos en una serie de calle empinadas y estrechas. Este barrio se conoce como Cordoaria y está plagado de pequeños tesoros arquitectónicos que no debéis perderos, como el Rectorado de la Universidad de Oporto, el Museo de la Fotografía, la iglesia y torre de los Clérigos y jardines como el parque de la Cordoaria. Enseguida llama nuestra atención un mercadillo de antigüedades que encontramos en la calle Cándido dos Reis. Aquí se vende de todo y el ambiente nos recuerda al del Rastro de Madrid pero a pequeña escala. Nos cuentan que en la paralela calle Galerías de París es donde se centra toda la vida nocturna de la ciudad: jóvenes estudiantes y alumnos de Erasmus. Sin embargo, a estas horas todo está tranquilo y apacible.
Libreria Lello e Irmao |
Donde sí encontramos gran bullicio es en torno a un local que se halla a la vuelta de la esquina, la librería Lello e Irmao, la tercera librería más bella del mundo según The Guardian. A mi me pareció maravillosa y difícil de igualar. A pesar de la cantidad de personas tomando fotos dentro, la tienda goza de una decoración impresionante en 2 plantas, y pudimos recorrerla en su totalidad. Se rumorea que la autora J.K. Rowling se inspiró en su ornamental escalera para algunos pasajes de su primer libro de Harry Potter y desde entonces no ha parado de recibir visitantes, tantos que durante los meses de mayor afluencia de público se limita el acceso y sólo pueden tomarse fotografías a unas horas determinadas del día. Su fachada es también preciosa.
Ya en la Plaza Gomes Teixeira nos fijamos en una preciosa pared decorada con los típicos azulejos blancos y azules. Se trata de la iglesia do Carmo, adosada a otra iglesia que pertenece al Convento de los Carmelitas. Nos quedamos boquiabiertos con su sorprendente decoración interior de estilo rococó. Una verdadera obra de arte. Justo delante se toma el famoso tranvía 22.
Vistas desde el mirador de Bataria de la Victoria |
Atravesamos el Parque de la Cordoaria dejando a nuestra derecha el Palacio de Justicia y nos disponemos a descender hacia la zona conocida como Miragaia, por gozar de las mejores vistas sobre el río y las bodegas. En este barrio las calles se estrechan y apenas dejan pasar el sol. La iglesia de la Victoria se levanta en una calle angosta que impide admirar su fachada en todo su esplendor. La misma calle desemboca en uno de los mejores miradores que encontramos durante nuestra ruta por la ciudad, el mirador Bataria de la Victoria. Las vistas sobre la Catedral, el Palacio Episcopal, el Puente D. Luis I y Vilanova de Gaia son estupendas desde aquí. Continuamos el paseo entre ropa tendida al sol y música portuguesa que sale de las ventanas.
Típica calle del centro |
Uno de los lugares más bonitos e inesperados que encontramos en este barrio fue el Huerto de las Virtudes, un recóndito parque escalonado en varios niveles que casi desciende casi hasta la orilla del Duero. Es un parque que no está muy señalizado en las guías por lo que goza de mucha tranquilidad. Contiene una gran variedad de árboles y plantas, algunas de ellas exóticas. Nos deleitamos con las camelias que acaban de florecer y de las que hay multitud de colores, así como con las vistas sobre el río.
Huerto de las Virtudes |
El barrio de Miragaia, tradicionalmente habitado por marineros y comerciantes de paso, quedaba fuera de las murallas de la ciudad. Junto a los restos de la muralla proseguimos el descenso hacia el río. En su orilla se encuentra el edificio de la antigua Aduana, convertida hoy en un centro de exposiciones. Se trata de dos construcciones simétricas de 3 pisos en donde se inspeccionaban las mercancías y se pagaban los tributos. Nos fijamos que muchas de las casas están sustentadas por grandes arcos de piedra, construidos para paliar los efectos de las continuas inundaciones por las crecidas del río.
Acceso a la iglesia de San Francisco |
Catacumbas de San Francisco |
Ahora sí que entramos en la famosa Ribeira, donde queda alguna que otra construcción de época medieval, ya casi todas desaparecidas en la ciudad, entre ellas, la Casa do Infante, llamada así por ser el lugar de nacimiento del Infante D. Henrique, el Navegante. Fue residencia real aunque en la actualidad es un museo arqueológico. La soleada orilla del río bulle de actividad los fines de semana. Aquí hay multitud de restaurantes y pequeños cafés. Cerca de los embarcaderos desde los que parten los barcos que recorren el Duero vimos artistas callejeros tocando sus canciones, pintando cuadros o vendiendo artesanía. Las fachadas de las casas están pintadas de vivos colores que llaman la atención. La composición de las calles es laberíntica pero no resulta fácil perderse gracias al río.
Fachadas de la Ribeira |
Al final del paseo de la Ribeira llegamos al Puente D. Luis I y decidimos ascender por las escaleras cercanas para subir hasta la Sé de Oporto y contemplar la puesta de sol desde su mirador. La imagen parece una postal. Ya con el sol muy bajo nos dirigimos a la Estación de Sao Bento donde nos maravillamos con la decoración de su vestíbulo. Más de 20.000 azulejos nos cuentan la historia de Portugal entre el ajetreo de pasajeros que corren a tomar el tren.
Estación de Sao Bento |
Hemos regresado al punto de partida, la Plaza de la Libertad. De camino al hotel para descansar pasamos por dos lugares que merecen mucho la pena ya que están llenos de portuenses realizando sus compras. La calle Rua Santa Caterina, está llena de comercios y tiendas de ropa y además es peatonal. No olvidéis entrar en el Café Majestic, si bien no es barato el ambiente es bohemio y tranquilo. Seguimos paseando por Santa Caterina hasta llegar a la estación de Metro de Bolhao. Justo enfrente podemos admirar los mosaicos de azulejos de la Capela das Almas, una auténtica obra de arte. A muy pocos pasos se encuentra el decadente Mercado do Bolhao. No es un lugar tan bello como los anteriores pero es un sitio muy auténtico de la ciudad con sus puestos de fruta regentados por señoras mayores. El mercado está que se cae a pedazos pero ellas temen que si dejan sus puestos para su rehabilitación, las autoridades lo conviertan en un centro comercial y ya no tengan cabida en él. Aquí se puede comprar fruta fresca y algunos souvenirs a muy buen precio.
Café Majestic |
Vinos de Oporto |
Susana
Pedazo de artículo, Susana !!
ResponderEliminarUna guía inmejorable para conocer Oporto, que si sumamos los otros enlaces que nos has descrito anteriormente sobre esta ciudad, forman un variado e interesante conjunto.
Creo que si viajase a Oporto, lo primero que iría es a conocer la librería Lello e Irmao, tiene que ser impactante. Y otro rincón que parece muy agradable es el Huerto de las Virtudes.
Se nota que os gustó y que disfrutasteis del viaje.
Gracias por esta vueltita por Oporto, dejé la lectura para un momento de total tranquilidad, sin ningún asunto pendiente, y vaya que valió la pena... Saludos, amigos!
ResponderEliminarGracias a ti por leerlo. Si no conoces Oporto te recomendamos que realices una pequeña escapada de fin de semana como nosotros y te empapes de su ambiente y si ya has estado seguro que sabes de lo que hablamos en este artículo!!
EliminarOporto me parece una ciudad con mucho encanto, tiene rincones realmente bonitos. Sin duda con su espectacular monumentalidad resulta difícil resistirse así que algún día habrá que hacerle una visita, tiene todo muy buena pinta además leyéndote y viendo las fotos, dan unas ganas tremendas de ir.
ResponderEliminarUn viaje muy completo y muy bien detallado, como siempre.
La verdad es que me ha sorprendido gratamente Oporto, tiene un montón de atractivos y además está perfectamente situada muy cerca de nuestro país. Muy interesante todo lo que nos cuentas en este recorrido por cada una de sus calles, sus rincones y monumentos.
ResponderEliminarTe ha quedado una guía de #Oporto redonda. Un paseo tranquilo y sin prisas por sus calles es una maravilla. Sus diferentes barrios tienen carácter propio y se te meten dentro. Fue una grata sorpresa conocer esta ciudad, te lo ofrece todo en poco espacio, es ideal para una escapada de tres días. El Douro, la magnífica gastronomía, el arte que posee y la calidez de sus gentes, te dejarán una sensación de satisfacción que no se te olvidará. Enhorabuena Susana por este y todos tus artículos de esta maravillosa ciudad, te han quedado de lujo.
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