lunes, 2 de marzo de 2015

Girona, la ciudad de los cuatro ríos.

Muy pocas son las ciudades que pueden presumir de estar bañadas por cuatro ríos, el Onyar, Güell, Galligants y Ter, además de estar en gran parte amurallada y de tener todo el encanto de ciudad pequeña de esas que son ideales para ir andando a cualquier parte.


Un buen punto de partida para conocer la parte antigua de Girona es la ribera del río Onyar donde encontraremos una de las imágenes más significativas de la ciudad con sus coloridas fachadas, una imagen de postal realmente bella. Estas viviendas, más conocidas como las casas colgantes del Onyar se construyeron en el siglo XIX para cubrir un tramo de muralla destruida durante el asedio de las tropas francesas.



Cruzaremos el río para admirar un casco antiguo (la Forca Vella), donde nos aguardan gratas sorpresas. Girona es una ciudad amurallada desde la época de los romanos, en su interior descubriremos los más importantes monumentos y rincones de la ciudad, sus plazas, calles, museos e iglesias, como Sant Feliú, una de las más antiguas de la ciudad con su aspecto de fortaleza donde destacan los sarcófagos paleocristianos.



Por aquí pasaron multitud de culturas que dejaron su huella, así que también os aconsejo visitar los Baños Árabes y el Barrio Judío, uno de los más importantes y mejor conservados de toda España o el monasterio de Sant Pere de Galligants, antigua abadía benedictina de estilo románico sede del Museo de Arqueología.




No hay que perderse la Catedral, uno de los edificios más sobresalientes de la ciudad, accederemos por su impresionante escalinata para admirar el grandioso templo gótico aunque también apreciaremos otros estilos arquitectónicos como el románico y su portada que es barroca. Su ancha y única nave es la más grande de estilo gótico de toda Europa.



Antes de abandonar Girona, justo por donde hemos entrado a la ciudad antigua hay que cumplir con un ritual que se remonta a épocas medievales. Veremos una columna por la que trepa una leona, dicen que hay que besar el culo al felino si queremos volver a visitar la ciudad o si decidimos quedarnos a vivir en ella. Hay un dicho popular que afirma que “no ama Girona, quién no besa el culo de la leona”. No se sabe realmente sus orígenes, pero lo cierto es que se ha ido trasmitiendo con los siglos hasta convertirse en todo un ritual. Así que si queréis volver a Girona ya sabéis lo que hay que hacer.



                                                                                                                                                            Loli

4 comentarios :

  1. Me ha gustado leer lo que has escrito y ver tus fotos, Loli, ya que no conozco Gerona, parece una ciudad muy bien conservada y cuidada. Y no había oído nunca lo de la leona, vaya…

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  2. Un artículo muy interesante sobre esta ciudad medieval. Me ha traído a la memoria mi visita hace ya algunos años. Perderse por las estrechas y empinadas calles de la judería puede ser toda una aventura. Muy recomendable la subida a las murallas para contemplar las vistas, el claustro de la imponente catedral gótica y los baños árabes excelentemente conservados.

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  3. Girona es preciosa, una ciudad llena de historia y encanto. Sus calles estrechas y la casi ausencia de coches en el casco antiguo la convierte en una ciudad ​​ideal dónde caminar tranquilamente y disfrutar del ambiente. Hay que tomarse el tiempo suficiente para descubrir todos sus rincones y sobre todo el barrio judío.

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  4. Es un ciudad muy coqueta e interesante, bien conservada y agradable de pasear y conocer. La catedral, la muralla y el barrio judío son imprescindibles. Me llevé una grata sorpresa al descubrir todo lo que ofrece en un centro histórico relativamente pequeño. No hay que irse de la Costa Brava sin ver la capital gerundense, ofrece al viajero todolo que necesita. Buen relato Loli.

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