lunes, 30 de diciembre de 2013

Seúl, Corea del Sur (1ª parte)




   La Península de Corea está rodeada por el Mar del Este y el Mar Amarillo, es uno de los territorios más montañosos del mundo, el 70% de su superficie está cubierta de cordilleras, macizos y montes. En el Paralelo 38, separadas por la Zona Desmilitarizadala República de Corea se encuentra al sur, y la República Popular Democrática en el norte. El país se halla tristemente divido desde 1950 tras la Guerra de Corea.





   En la bandera de Corea del Sur se representan las fuerzas cósmicas del yin y el yang, las energías opuestas y complementarias que simbolizan el equilibrio y la armonía en la filosofía asiática. Los dibujos de cada una de las esquinas figuran los elementos del cielo, la tierra, el agua y el fuego. Un país con una bandera tan metafórica seguro que tiene mucho que ofrecer, por eso cuando organizamos nuestro viaje a Corea, y ante el escaso conocimiento que tenía sobre él, comencé a leer algo sobre su historia y particular cultura.

   Seúl es la capital desde la Dinastía Joseon (1392) y el río Hangang divide la ciudad, a lo largo de su cauce urbano hay 12 parques y 26 puentes. Es una metrópoli inmensa, moderna y vibrante, con el atractivo de sus 37 montañas y una abundante vegetación. En ella viven 10 millones de personas y cuenta con innumerables lugares de interés.

   En la gigantesca plaza Gwanghwamum se encuentra la puerta con el mismo nombre, y es la entrada principal al Palacio Gyeongbokgung, el más grande de todos los palacios que hay en la ciudad. El rey Taejo, fundador de la Dinastía Joseon, lo mandó construir en 1395. En la plaza hay un espacio cultural para rendir homenaje a dos de los personajes más recordados de la historia del país: el rey Sejong y el almirante Yi Sun Sin.

  


   El rey Sejong (1397-1450), 4º monarca de la Dinastía Joseon, reinó 31 años, durante los cuales hubo una gran expansión territorial, numerosos avances tecnológicos, varios desarrollos científicos y sobre todo demostró un gran amor a su pueblo. El esfuerzo y dedicación de este dirigente se resume en una de sus frases más conocidas, y que debería de aplicarse siempre, “El pueblo es la base del país y esta base debe ser fuerte para que el país esté en paz”.

   El rey Sejong el Grande desarrolló en 1443 el alfabeto coreano llamado “hangeul”, compuesto por 10 vocales y 14 consonantes. La escritura Hangeul fue seleccionada como “Patrimonio Cultural de Literatura” por la UNESCO.

   El almirante Yi Sun Sin fue uno de los héroes en la historia de Corea. En el siglo XVI hubo dos grandes guerras contra la invasión japonesa. El Gran Almirante Yi, hombre recto y serio, diseñó el barco de guerra de la Armada Nacional de Joseon. Usando los Geobukseon, barcos tortuga, obtuvo grandes victorias en las batallas por lo que hay varios monumentos en su honor por el país, y por supuesto en Seúl donde nació este gran líder militar.





   La montaña Namsan se encuentra en el mismo centro de Seúl, es un lugar muy popular y una gran zona de recreo, se puede subir a ella en teleférico o caminando por un empinado sendero entre frondosos árboles. En lo alto se sitúa la Torre N de Seúl con un restaurante y un observatorio circular desde donde se obtienen unas increíbles vistas panorámicas.

   La Aldea Namsangol es una extensa superficie divida en varias partes, en una de ellas está la Cápsula del Tiempo, un hermético espacio donde se guardan documentos y objetos, que se abrirá dentro de 400 años para transmitir información a generaciones futuras.

   Además en esta aldea hay un jardín con estanques y antiguas casas restauradas para que los visitantes nos hagamos una idea de la forma en la que vivían sus habitantes. Los edificios que la componen son de madera con espacios amplios que se usaban de forma distinta dependiendo de la hora del día, adaptando las dimensiones con paneles móviles creando así diferentes ambientes. A este estilo de casas tradicionales se le llama “Hanok”. Es muy agradable pasear por aquí y ver este tipo de construcciones tan diferentes a lo que estamos acostumbrados.





   Jogyesa es el templo budista más grande de Seúl, está en pleno centro urbano y llama la atención su techo del que cuelgan miles de faroles de loto. Justo en el momento en que llegábamos comenzaba una ceremonia de celebración, y aunque no entendíamos casi nada de los rituales, fue curioso poder asistir y contemplar el respeto con el que participaban las numerosas personas que allí se congregaron.











   En la Plaza de Seúl está el Ayuntamiento, uno de sus edificios me pareció impresionante, con una arquitectura muy moderna y un rompedor diseño tanto por dentro como por fuera. Paseando por la ciudad, vimos bastantes rascacielos con formas novedosas y muy avanzadas, como Jongno Tower. También me gustó bastante el edificio del Museo Nacional.





   El Museo Nacional de Corea exhibe más de 11.000 antigüedades y piezas representativas de su historia. Es el mayor museo del país, y en él destacan una pagoda de diez niveles, la corona dorada de Silla, antiguos jarrones, esculturas relacionadas con el Budismo, tradicionales caligrafías, y piezas de celadón. La visita al museo es una toma de contacto y algo fundamental durante el viaje, nos ayudará a centrarnos y entender lo que se va a ver en la ruta por el país.

   El arroyo Cheonggyecheon con un curso de agua de casi 6 kilómetros y 22 puentes es una de las zonas de paseo más refrescantes. Tanto de día como de noche muchas personas disfrutan de él y de las vistas a la ciudad. Un apacible lugar dentro de la intensa actividad que tiene Seúl.





   El área de Insa-dong es una de las más tradicionales y las calles están llenas de restaurantes, casas de té, galerías de arte y sobre todo comercios de antigüedades con cerámica, muebles y pinturas.

   La puerta Namdaemun es uno de los emblemas de Seúl,  era la entrada a un castillo, fue destruida por un incendio en el 2.008 y posteriormente se ha restaurado. Cerca hay un mercado al aire libre de los más conocidos en Corea, el Mercado Namdaemun, su origen se remonta a la Dinastía Joseon.




   Uno de los encantos de Seúl son los mercados, hay uno en cada barrio, a veces están tan extendidos que llegan a unirse unos con otros. El Mercado de Gwangjang tiene numerosos comercios con satén, lino y seda para confeccionar los trajes típicos coreanos, “hanboks”, conocidos como la “Ropa del viento” que se utilizan en acontecimientos familiares y en las bodas tradicionales. En los mercados de Namdaemum y en Dongdaemun los olores y colores se mezclan hasta el punto de tener la sensación de formar parte de ellos. Comercios y puestos callejeros inundan las calles vendiendo comida, artesanía, sombreros, calzado, abanicos, té, objetos lacados, fruta,  raíces secas y en polvo, sobre todo ginseng coreano para prevenir enfermedades y cargar de energía nuestro organismo. Seguramente en los mercados coreanos se puede encontrar cualquier cosa que se nos pueda ocurrir, tienen una intensa actividad durante todo el día, que no decae por la noche cuando miles de luces animan las calles.






   A los atractivos que nos ofrece Seúl en particular, y Corea del Sur en general, hay que añadirle esa curiosa mezcla entre lo tradicional y lo actual, entre las ancestrales costumbres y los modernos métodos, entre  las cosas sencillas y la avanzada tecnología, sin duda es un gran país para descubrir.

                                                                                                                                                          Inma        



5 comentarios :

  1. que pasada de viaje, me encanta

    http://losviajesysibaritismosdeauroraboreal.blogspot.com.es/

    ResponderEliminar
  2. Un viaje increíble a un país desconocido para los occidentales. Creo que te trajiste de vuelta un gran conocimiento de Corea y su cultura, una verdadera joya a descubrir. Es una pena la situación que viven sus vecinos del norte pero eso no debe restar importancia a un país que conjuga tradición y modernidad como es Corea del Sur. Un gran trabajo, Inma. Me han gustado mucho el texto y las fotos que lo acompañan.

    ResponderEliminar
  3. Como siempre un viaje precioso y unas fotos estupendas. Por lo que he ido leyendo es un lugar que promete (aunque no esté en mis prioridades). Lo bueno de tus artículos es que nos descubres lugares que, al menos yo, no tenía en mente.

    ResponderEliminar
  4. Veo este país conjuga lo antiguo y lo moderno. Ha tenido que ser una experiencia única para vosotros. Con la lectura de este gran artículo me he hecho una idea de como es Seul. Hasta ahora solo lo conocía por los Juegos Olímpicas y por sus marcas tecnológicas. Un gran trabajo Inma.

    ResponderEliminar
  5. Una pasada de viaje Inma ,me alegro mucho que disfrutara de el ,gracias a ti he descubierto este país con tantos contrastes que desconocía por completo , las fotos son increibles muy bonitas .

    ResponderEliminar

"