La pequeña aldea de Flåm recibe miles de turistas al año que llegan, sobre todo, en la temporada turística cuando los numerosos cruceros atracan en su embarcadero. Se encuentra al final de uno de los brazos del Sognefjord, el fiordo de los sueños, y su principal atractivo es el Flåmsbana, el famoso tren que nos sumerge en el paisaje escarpado de Noruega.
El recorrido es de unos 20 km. y tiene una duración de casi una hora de ida y otro tanto de vuelta. El trayecto es realmente interesante y podemos disfrutar desde las ventanillas de unas vistas espectaculares donde se alternan montañas verdes y cascadas por ambos lados.
El tren serpentea entre paisajes impresionantes atravesando una veintena de túneles y convirtiendo el trayecto en un continuo ir y venir de una ventana a otra. El resultado, un auténtico privilegio disfrutar de tanta belleza.
El tren realiza una parada en su ascenso y otra en el mismo lugar durante el descenso. Bajaremos a una gran plataforma de madera donde veremos la Cascada de Kjos y su misteriosa ninfa bailando junto a la cascada, desapareciendo y apareciendo en otro lugar. Un espectáculo que entretiene a los visitantes mientras hacen fotos.
El Flåmsbana es el tren con más pendiente de Europa y se ha convertido en toda una atracción turística. Se estrenó en 1940 con trenes de vapor y ha pasado de ser un medio de transporte a ser una visita obligada en Noruega. Su principal característica es el desnivel que alcanza, unos 865 metros de altura hasta subir a Myrdal, donde salen trenes hacia Bergen u Oslo.
Visitar la zona y no coger el tren es como si se nos quedara algo pendiente aunque, en mi opinión, es excesivamente caro y quizás defrauda un poco al compararlo con otras maravillas que hay en Noruega.
Esa noche la pasamos en Voss, capital de los deportes de aventura, y nos alojamos en el histórico Hotel Fleischer, un antiguo hotel que data del siglo XIX y que se encuentra junto a un precioso lago. En su libro de visitas se encuentran nombres de aristócratas de todos los rincones del mundo.
Loli
Me encantan estos trenes que recorren tramos de naturaleza, te permite disfrutar de unos paisajes maravillosos.
ResponderEliminarEs curioso que éste sea el que más pendiente tiene, de toda Europa, en su recorrido.
Muy bonito el Hotel Fleischer, alojarse en él pone un estupendo broche final a esta excursión.
Excelentes vistas a lo largo de todo el recorrido y según dicen, una de las rutas de tren más bonitas del mundo.
ResponderEliminarA mi me parece una original propuesta para poder disfrutar de la maravilla natural de los fiordos de Noruega desde otra perspectiva esta opción del tren. Se accede a rincones que de otros modo no se podrían admirar como las cascadas o el alojamiento en un coqueto hotel al lado de un lago. Está claro que cada viajero ha de valorar el tiempo del que dispone y el presupuesto pero, al fin y al cabo, se trata de un viaje muy especial.
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