El Puente de Forth

El Puente de Forth es considerado una obra maestra de la ingeniería de finales del siglo XIX. Está declarado Patrimonio de la Humanidad y, después de más de un siglo de su construcción, sigue despertando admiración y es que este puente aún destaca por su elegancia y formas originales.

Puente de Forth

Se encuentra sobre el Fiordo de Forth, a pocos kilómetros de la capital escocesa y, aunque quizás para muchos sea desconocido, es uno de los puentes más emblemáticos de Escocia. En su momento sus dos kilómetros y medio lo convirtieron en el puente ferroviario más largo de su tiempo.

Todavía sigue activo y por él pasan diariamente los trenes que enlazan el norte y el sur de Escocia. Se inauguró un año después que la Torre Eiffel y, al igual que ella, su estructura de acero requiere mantenimiento constante. Los pintores comienzan por un extremo y cuando llegan al otro, el puente necesita ser pintado otra vez. Significa una tarea interminable aunque, gracias a los avances tecnológicos, ahora su estructura se pintará cada veinte años.

En mi viaje a Escocia vi este puente casi diariamente cuando pasaba por otra impresionante obra de ingeniería, el Forth Bridge el puente de suspensión de acero más largo de Europa en su tiempo. Este puente soporta diariamente todo tipo de tráfico y, debido a problemas estructurales, se ha cerrado en varías ocasiones. Por ello se está construyendo junto a él otro nuevo puente.

Forth Bridge

El Puente de Forth es uno de los puentes ferroviarios más bellos que conozco y se puede contemplar desde la costa. Su tamaño es impresionante, elevándose a cuarenta y seis metros sobre el nivel del agua. Tiene su encanto y, además desde la orilla, la vista de los dos puentes es incomparable, uno al lado del otro, siendo una visita obligada para los fans de los puentes.

                                                                                                                                                            Loli