Nizwa es la antigua capital del
sultanato de Omán. La ciudad está situada en la llanura junto a un oasis, en la
entrada a las regiones montañosas de Jebel Shams y Jebel Akhdar.
Lo más visitado en Nizwa es su Fuerte
recientemente restaurado. La fortaleza es
del siglo XVII y fue construida por el Sultán Bin Saif Al-Yaruba. Este gobernante fue el que expulsó a los portugueses
del territorio derrotando a sus tropas. Bajo su mandato Omán prosperó y se
consiguieron grandes avances en la agricultura, la arquitectura y el comercio.
Junto a una bonita mezquita con
cúpula azulada y dorada se encuentra el acceso a Old Fort. Es un laberinto de
pasadizos, escaleras y torreones.
En algunas de sus habitaciones hay exposiciones sobre la
historia de la ciudad y del país, con carteles explicativos y objetos antiguos.
Deambulando por sus pequeños patios, que crean zonas de sombra, y por las salas con ventanas para formar corrientes
de aire, te das cuenta de lo bien pensada que está su construcción.
Aunque lo que más miradas atrae
es su enorme torre redonda, la más grande de todos los fuertes que hay en Omán. Desde ella hay unas preciosas
vistas a las montañas y al inmenso oasis de palmeras.
Otro de los atractivos de Nizwa
es el Zoco, uno de los más auténticos que he visitado. A primera hora de la
mañana es cuando está más concurrido y casi no se puede andar por sus calles.
A la actividad propia del
mercado, un día a la semana se une la compra-venta de ganado. Vacas, ovejas y
cabras pasean atadas con cuerdas acompañadas de sus dueños. Centradas todas las
miradas en estos animales de granja, pasan de una mano a otra con asombrosa
facilidad y rapidez.
Además de productos frescos,
frutas y verduras, se vende artesanía, cerámica, objetos de plata, cobre y
cuero y, por supuesto, dátiles ya que en la zona crecen hasta 40 variedades
distintas.
Se puede comprar como recuerdo un
"kumma" de algodón con hilos de colores. Son los gorros cilíndricos que
llevan allí los hombres, aunque a veces también usan turbantes.
Lo que más llamó nuestra
atención fueron los "Khanjars",
las dagas curvadas típicas omaníes. Están bellamente trabajadas y algunas son
réplicas de modelos antiguos que tenían la empuñadura hecha con cuerno de
rinoceronte y el resto de plata.
El Khanjar forma parte de la
bandera y del escudo del Sultanato de Omán.
Inma
Me parece interesante la fortaleza que tiene la antigua capital de Omán y además los Zocos siempre son un tema muy atractivo. Tienen mucha vida y siempre que voy a las ciudades me encanta visitar los mercados porque aprendes muchas cosas sobre la cultura y la gastronomía del país.
ResponderEliminarMuy interesante tu viaje por tierras lejanas y toda una experiencia que has podido disfrutar en persona.
ResponderEliminarPerderse por estos zocos llenos de puestos en los que ofrecen los productos más inverosímiles es un aliciente al viajar por países árabes. Eso sí, hay que armarse de paciencia por el regateo pero merece la pena conocer las costumbres y poder relacionarse con los habitantes. Una experiencia única.
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