Parque Nacional de Timanfaya

Uno de los parques nacionales más curiosos de nuestro país se halla en las Islas Canarias, más concretamente al oeste de la isla de Lanzarote. Os hablo del Parque Nacional de Timanfaya, un espacio protegido de unas características muy singulares pues no se trata de proteger la flora o la fauna del entorno, sino más bien de preservar la geología de sus formaciones rocosas, únicas en el mundo.

El diablo, emblema de Timanfaya

En él no hallareis bosques de ensueño, ni flores o plantas típicas de esas latitudes, ni animales exóticos. Es más bien un enclave desolado, abrupto, arrasado por las erupciones volcánicas que sufrió la isla durante los siglos XVIII y XIX y que dieron lugar a formaciones de gran interés para los geólogos y de gran belleza, a pesar de su naturaleza salvaje.

Cono por el que brotaba lava y materiales volcánicos

Paisaje volcánico en Timanfaya

Según narran los escritos históricos de 1730, la noche del 1 de septiembre, el suelo se abrió y una enorme montaña se elevó de las entrañas de la tierra. La gigantesca erupción que duró 6 años, borró del mapa nueve aldeas que se asentaban en la fértil vega de Yaiza dejando el terreno cubierto de cenizas. Los isleños no tuvieron más remedio que trasladarse a la cercana isla de Fuerteventura o asentarse en otras zonas más seguras de la isla. Durante esos años la población se percató de que los terrenos aledaños a Timanfaya, ahora cubiertos con roca volcánica, se habían vuelto más fértiles dando lugar a buenas cosechas y de nuevo se repobló la región. Una de las zonas de cultivo que aún hoy siguen dando unas excelentes cosechas de uva es La Geria, donde las vides crecen arropadas bajo la ceniza volcánica que mantiene el calor y la humedad.

Lava negra solidificada

Pero el 31 de julio de 1824 el volcán Tao entró en erupción, seguido por el volcán Chinero y por último el Tiguatón. Durante 3 meses de nuevo los volcanes escupieron lava y materiales de las profundidades de la Tierra y asolaron todo lo que encontraron a su paso. Esta erupción fue de menor envergadura que la del siglo anterior pero también cambió la fisonomía de esta zona de la isla significativamente.

Extrañas formaciones volcánicas con líquenes

El proceso sufrido a lo largo de todos estos siglos ha conferido al Parque Nacional de Timanfaya de un carácter único en nuestro país. Podemos observar y estudiar un nuevo paisaje que ha sido creado muy recientemente y apenas ha sido alterado. Como forma de vida sólo existen los líquenes, que lentamente irán modificando las rocas para propiciar la llegada de nuevas formas de vida.

Ruta de los volcanes

La visita a Timanfaya puede realizarse únicamente en autobús/guagua que se toma en el acceso al parque, en el Islote de Hilario. La ruta de los Volcanes es un recorrido circular de unos 14 kms. que nos permitirá sumergirnos en el ambiente de Timanfaya. Desde el autobús observaréis con claridad el color blanquecino de los líquenes que están colonizando las rocas así como los distintos colores que ha dejado la lava a su paso, ocres y negros principalmente, así como peculiares formaciones rugosas de rocas. Distinguiréis la silueta de varios de los volcanes que arrasaron esta zona, como el Chinero o la Caldera del Corazoncillo. Está terminante prohibido realizar esta ruta a pie y otras muchas son exclusivamente guiadas. En el Islote de Hilario hay que seguir en todo momento los senderos señalizados para transitar y preservar así este delicado ecosistema, visitado por 2 millones de personas anualmente.

Cráter

Anomalía geotérmica

Durante la espera para tomar la guagua los trabajadores del parque nos deleitaron con una demostración del poder de la naturaleza. Se trata de las anomalías geotérmicas, consiste en arrojar un cubo de agua sobre un agujero realizado en la superficie del suelo donde la temperatura es bastante elevada debido a una cámara de magma existente a unos 4 kms. de profundidad que hace que la temperatura a unos 13 metros del suelo llegue a alcanzar hasta los 610 grados centígrados. Inmediatamente veremos como toda esa agua sube a chorro transformada en vapor con un ruido atronador en tan solo unas décimas de segundo. Es realmente impresionante.

El artista canario César Manrique también intervino en este paraje diseñando un horno-asador para el restaurante tradicional del parque. Funciona aprovechando todo el calor del interior de la tierra gracias a unas rejillas que se colocaron sobre una hendidura del suelo que registra una alta temperatura, de nuevo una anomalía geotérmica.

Demostración de anomalía geotérmica

No debéis marcharos del parque sin antes acercaros al Centro de Visitantes de Mancha Blanca, cerca de Tinajo. El recorrido por este lugar os ayudará a entender mejor, a través de maquetas, audiovisuales y varios simuladores y mecanismos, los procesos geológicos que ha sufrido Timanfaya, desde las primeras erupciones hasta tomar su aspecto actual. Todo un "must" en Lanzarote.

En el Centro de Visitantes Mancha Blanca

Susana