Hay lugares en la geografía española que no son muy conocidos por los viajeros bien por su difícil acceso o porque quedan fuera de las rutas turísticas habituales. Este es el caso de las hermosas Cascadas de Tobera.
En la comarca de Tobalina y a escasos 4 kms. de la localidad de Frías nos encontramos con este paraje que el río Molinar ha cincelado en la roca.
Ermita de Santa María de la Hoz |
En el pueblo de Tobera, al mismo pie de la carretera, justo antes de adentrarnos en un angosto cañón del Ebro se encuentra la indicación para realizar la ruta. Un antiguo puente salva la que, en este punto, es una alegre y ligera corriente de agua. Al final de una escalera nos topamos con la ermita de Santa María de la Hoz resguardada por una enorme roca. Las vistas desde el eremitorio son muy bellas pero la ruta de las cascadas comienza unos metros más abajo. Nada hace presagiar que vayamos a encontrar unos grandes saltos de agua pero, nada es lo que parece.
Inicio de la ruta |
Al lado del puentecillo arrancan unas escaleras de piedra, en el margen derecho de la corriente. Enseguida notamos el desnivel y la corriente se anima tomando velocidad. Empiezan los primeros saltos de agua y lo más curioso es que el arroyo atraviesa el pueblo que parece haber sido construido a su alrededor. Los jardines de las casas cuelgan sobre el río, vemos algunas huertas y, de repente, un mirador a cierta altura nos descubre un salto de agua y una poza escondida. Vemos grandes rocas cubiertas de verdín y musgo y nos deleitamos con el refrescante sonido del agua precipitándose al vacío.
Miramos hacia arriba para observar las enormes rocas que el río ha desgastado con el paso de los siglos donde una familia de cabras montesas desafía la ley de la gravedad. Se hallan en una oquedad de la pared y parecen disfrutar desde su privilegiada atalaya del espectáculo tanto como nosotros.
El recorrido está muy bien planteado pues es circular y se puede hacer por el camino corto, unos 25 minutos o el largo, de unos 40'. Nos decantamos por el camino que se adentra en el pequeño pueblo de Tobera lleno de casas antiguas de piedra. Los mayores descansan a la sombra de los porches y los jóvenes se divierten en los jardines.
Un poco más abajo la ruta nos lleva hasta otro salto, este de mayor altura, donde la corriente se precipita hacia el valle perdiéndose unos cuantos metros más abajo en dirección al Ebro.
En un recodo del camino el río se remansa y, saltando unas rocas dispuestas para ello, cruzamos a la otra orilla para regresar al coche por el camino más largo. Hay que subir unas cuentas escaleras que desembocan en el mirador y volver sobre nuestros pasos hasta el inicio del sendero que está perfectamente señalizado en todo momento. La ruta de las cascadas no entraña ninguna dificultad y puede realizarse perfectamente con calzado cómodo aunque sí es recomendable realizarla evitando las horas de calor cuando el sol aprieta pues la humedad del arroyo y el sol pegan fuerte en esta zona.
Después de contemplar las imágenes que tomamos durante el recorrido, ¿qué duda cabe de que se trata de un lugar recóndito donde disfrutar de la tranquilidad en plena naturaleza con el sonido del agua como banda sonora? ¿No creéis?
Susana
En España hay tesoros y rincones desconocidos como esta Cascadas de Tobera y la ermita , no la conocía y me ha gustado mucho .
ResponderEliminarMe está entrando ganas de hacer una escapadita por esta zona.
Las fotos muy bonitas enhorabuena Susana.
Que buen artículo, Susana, parece un lugar precioso, no lo conozco pero desde luego que tomo nota de tu sugerencia. Me encanta el paisaje cuando hay algún río cerca, y especialmente si hay algún salto o cascada, pasear por la naturaleza escuchando a la vez el ruido del agua es un auténtico placer.
ResponderEliminarmuy bello lugar , hermosas fotos
ResponderEliminarHay lugares en España, que por lo general suelen pasar desapercibidos, ya que su turismo, afortunadamente no está muy fomentado. Suelen ser lugares de interior, rincones olvidados o desconocidos que no se pueden dejar de visitar.
ResponderEliminarMuy interesante todo lo que nos cuentas sobre las cascadas y la ermita.
Un lugar sorprendente Susana. Fue un lujazo hacer este recorrido circular contigo. Al recorrerlo te encuentras con unos rincones tranquilos y preciosos con las cascadas al fondo. Me dieron muchas ganas de bañarme en alguna de las pozas, pero uno no iba preparado para ello, una pena. Descubrir algo así sin buscarlo te deja una sensación refrescante y relajada. Si pasáis por la zona de la Tobalina, Burgos, dejar un ratito para disfrutar del agua fluyendo por Tobera saldrás como nuevo, como en una refrescante ducha.
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