jueves, 21 de febrero de 2013

La Ciudad del Vaticano y sus Museos (4ª parte y final)



Es cierto que el Estado de la Ciudad del Vaticano siempre ha levantado polémica y expectación, pero dejando a un lado las creencias y opiniones personales, lo que sí es verdad es que es uno de los lugares que recibe más visitas y que, sin duda, impresiona, ya que cuenta con geniales obras de arquitectura y con fantásticas colecciones de arte.





La Plaza de San Pedro es una de las más grandes del mundo. Está bordeada por 284 columnas y 140 estatuas, formando la famosa y espectacular Columnata de Bernini. Hay un obelisco en el centro, traído desde Egipto por el emperador Calígula. En ella hay también dos fuentes, una de Bernini y otra de Maderno.

La Basílica de San Pedro es el templo más representativo del catolicismo y se llama así por el primer Papa de la historia, el Apóstol San Pedro, fundador de la iglesia cristiana, cuyo cuerpo está enterrado en su interior. En el friso de la monumental cúpula está escrito “Tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia”. Fue construida en el siglo XVI sobre el antiguo templo levantado por el emperador Constantino, en el siglo IV.




   
Entre las magnificas obras de arte que podemos ver en ella están la estatua de La Piedad de Miguel Ángel, y el Baldaquino de Bernini. La  impresionante y bellísima cúpula tiene alrededor de 135 metros de altura. La Basílica mide unos 190 metros de largo. Su construcción fue iniciada con un proyecto de Miguel Ángel, continuando el trabajo Giacomo Della Porta y finalizándolo Carlo Maderno, quien acabó la fachada.

Cuando se accede a su interior realmente impacta por sus grandísimas dimensiones, sorprende por su monumentalidad, y la luz natural que lo ilumina hace que sea algo aún más espectacular.





 
Los Museos Vaticanos son un conjunto de museos que guardan una de las colecciones de arte más grandes y valiosas del mundo. Se han ido formando, a lo largo de los años, con las donaciones de particulares y con las obras artísticas de las colecciones personales de los Papas.

Siempre hay largas esperas para poder entrar, por lo que es recomendable hacer la reserva y obtener las entradas previamente, aún así hay multitud de personas para acceder y dentro de las innumerables salas hay miles de personas visitándolo.




Entre los distintos edificios y pabellones que se pueden recorrer están: el Museo Egipcio que cuenta con sarcófagos, papiros, momias, objetos funerarios, esculturas y estatuas de basalto negro.

El Museo Pío Clementino, creado por los Papas Clemente XIV y Pio VI, tiene una interesante y valiosa colección de antigüedades griegas y romanas.

El Museo Etrusco, La Galería de los Candelabros, el Museo Gregoriano Profano, el Pabellón de Carrozas, la Galería de Tapices, son museos dentro de este grandioso  conjunto.


La Galería de mapas cartográficos, con sus paredes pintadas con frescos representando las regiones italianas, es una de las que más me gustaron porque además de sus paredes, el techo es una maravilla.





El Apartamento de Pío V reúne mosaicos, cerámica medieval y tapices flamencos. El Museo Chiaramonti contiene esculturas de emperadores y dioses romanos.

Me gustaron muchísimas de las salas y muchas de las obras de arte, pero en la parte que más tiempo me detuve  fue en las estancias de Rafael. Eran los aposentos privados del Papa Julio II. La Escuela de Atenas decora la Stanza della Segnatura que servía como biblioteca al Papa.

En todas las obras de Rafael sus personajes están plasmados con gran detalle, tanto en sus posturas como en sus expresiones. Al contemplar La Escuela de Atenas se tiene la sensación de que es una escena en movimiento, donde sólo nos quedaría escuchar las conversaciones y los diálogos de todos los personajes que, a modo de homenaje, se plasman en ese momento.

Los matemáticos Pitágoras y Euclides, el astrónomo Ptolomeo, los filósofos Diógenes, Heráclito, Epicuro y Sócrates, y el rey Alejandro Magno, son algunos de los  ilustres personajes que se pueden identificar.  Atenea, diosa de la paz y de la guerra, encarnaba además la sabiduría y el conocimiento. Apolo, dios del sol, representa la razón y la armonía. Platón y Aristóteles, los grandes filósofos del mundo clásico, ocupan el centro de este impresionante conjunto pintado magistralmente por Rafael.





  
La Colección de Arte Religioso Moderno se expone en el Apartamento Borgia, en la zona que perteneció al Papa Alejandro VI. El Museo Pío Cristiano, la Sala de La Inmaculada y la Biblioteca son otras partes de la gigantesca colección.

La Pinacoteca cuenta con numerosas salas con algunos cuadros de Rafael, Leonardo, Caravaggio y Fra Angelico.


Mención aparte merece La Capilla Sixtina. Es uno de los grandes tesoros del Vaticano y una de las partes más visitadas. Fue mandada construir por el Papa Sixto IV, de donde le viene el nombre. En esta capilla siempre se han celebrado, y se celebran los cónclaves para elegir a los Papas. El techo y las paredes están cubiertos de impresionantes frescos. Aquí se encuentran dos de las obras maestras de Miguel Ángel, El Juicio Final, en el Altar Mayor, y la Creación de Adán, en el centro de la bóveda.

Michelangelo Buonarrotti, nació en Florencia y es uno de los más grandes artistas del Renacimiento; arquitecto, escultor, pintor y poeta, se le puede considerar como un autentico genio por sus extraordinarias creaciones. Tanto sus pinturas como esculturas tienen un gran dinamismo, realismo y expresividad.

La restauración del techo de la Capilla se comenzó en 1980 y duró 12 años, el triple de tiempo que tardó Miguel Ángel en pintarlo. Eliminada la suciedad acumulada durante 500 años, ahora los colores lucen con gran intensidad. Traspasar las puertas de acceso a la Capilla Sixtina es algo memorable, es un recinto que hipnotiza, te hace sentir pequeño y grande a la vez. Aquí encontramos escenas del Antiguo Testamento, personajes bíblicos y profetas. Entre las imágenes y dibujos se puede ver la historia de Adán y Eva y su expulsión del Edén, después de caer en la tentación, representada en una serpiente con torso y cabeza de mujer. La imagen de la Creación de Adán es la más famosa, en ella las manos de Dios y de Adán son perfectas, simbolizando la unión entre los Humano y lo Divino.




 
Por una bella y original escalera con rampas en espiral y balaustrada de bronce nos despedimos de estas impresionantes colecciones de arte. Quizás saldremos agotados de tanto andar y de todas las cosas que hemos visto, pero seguramente también estaremos satisfechos de haber podido contemplar y admirar tantos tesoros cargados de Historia.
   
                                                                                                                                                           Inma


4 comentarios :

  1. Qué gran artículo, Inma. Con él me has transportado de nuevo al Vaticano. Es cierto que la Basílica y la Plaza de San Pedro impresionan pero es aún más impresionante el interior de los Museos Vaticanos con esa espectacular colección de obras de arte de toda época y tipo y como colofón final La Capilla Sixtina, escenario de excepción desde hace muchos siglos del devenir de la iglesia y de la política internacional.
    Las fotos son maravillosas. Vamos, un artículo para nota.

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  2. Tiene que ser impactante ver tanto arte y tanta riqueza juntos. Aunque el grado de ostentación y poder del estado vaticano, es totalmente incompatible con el sentido cristiano, me ha impresionado, la de secretos que esconde este lugar. Desde luego es una visita obligada cuando se visita Roma, espero poderlo conocerlo algún día, creo que es un lugar muy interesante.
    Un gran artículo Inma y las fotos fantásticas.

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  3. Personalmente no soy creyente, pero tengo decir que el Vaticano es una belleza incoparable, no alcanzo para describir tan magnífica obra de arte ,todo es maravilloso y espectacular. La obra de Miguel Ángel es un regalo para los sentidos.Tengo muchas ganas de conocerlo.
    Las fotos Inma impresionante.

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  4. Seas o no católico hay que visitar el Vaticano y sus museos. Sales extasiado de tanto arte, los sentidos no dan de sí. Merece la pena esperar las horas de cola para entrar en los Museos Vaticanos, pero la espera merece mucho la pena. Que decir de la Capilla Sixtina, no se puede describir, hay que verlo con tus propios ojos y disfrutar de tan magnífica obra de arte. Gran artículo Inma.

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