Salón de desayunos en el Parador de Alcalá |
Llevo pocos años disfrutando de Paradores, pero los disfruto
intensamente, tanto los edificios donde se encuentran, el entorno que les
rodea, el servicio de sus fantásticos trabajadores, el ambiente de sosiego y
tranquilidad que transmiten, junto a otros muchos pequeños detalles que los
engrandecen. Pero lo que más disfruto quizá sea la gastronomía que se puede
degustar en ellos, y en particular el desayuno.
Después de descansar en sus fantásticas habitaciones más o
menos peculiares, más o menos grandes, más o menos modernas, te levantas con
ánimos renovados cada mañana, pensando
en las suculentas viandas que te encuentras
en los desayunos en cualquiera de sus 93 edificios.
En otras cadenas hoteleras te sirven desayunos de órdago,
pero en Paradores es diferente, tienen un punto de excelencia y una calidad
superior, tanto en la comida como en el servicio. En todos los que me he alojado
he salido satisfecho, soy facilón, me encanta comer, pero realmente lo disfruto
con una energía fuera de lo común, me puedo tirar las horas muertas en los
salones donde se sirven. Trago y trago como dice mi compañera de andanzas
LaSusi, no tengo fin, mi record como muchos conocen es estar 2 horas sentados y
a dos carrillos en mi Parador predilecto, el de Alcalá de Henares. Si os dejáis caer por allí no dejéis de probar
las migas con chocolate y la tapa de
ibéricos con queso sobre una tablita de madera, absolutamente sublime. La
disposición de este desayuno es a mejor que hasta ahora me he encontrado, me
dan ganas de ir a desayunar cada mañana, podrían hacer clientes vip, con
descuentos.
Migas con chocolate en el Parador de Alcalá |
Me encanta la disposición de algunos de los platos como la
tortilla, canapés, todo en formato pequeño, como si fueran tapas, es una
perdición, no tengo fuerza de voluntad, lo pruebo casi todo, si no el primer
día, el segundo, no se me escapa. Recuerdo en concreto en el Parador de Lerma,
en un comedor preciosamente decorado, estaba todo dispuesto en raciones
pequeñas, la fantástica morcilla, el chorizo rezumando su grasilla, la tortilla
en dados con su palito para cogerla, todo en pequeños bocados para uso y
disfrute de los alojados. En ese mismo lugar se encontraban un padre y una
hija, no sé de qué nacionalidad, con unos yogures desnatados en las manos, que
pena desperdiciar esas exquisiteces, pero para gustos colores, respetos al
máximo.
En la parte gastronómica Paradores cuida muy bien a sus
alojados, y el desayuno no es una excepción, tienen incluso productos para celiacos y si eres vegetariano también
te sentirás querido y mimado allí. Otro acierto es que cada Parador cuida los
productos autóctonos o típicos de la zona, cada lugar en nuestra extensa y rica
Península Ibérica y sus Islas, la variedad es un activo que tenemos siempre que
defender y expandir por todos los lugares, y uno de ellos es en esta institución, que lo
cuidan con mimo.
Otra de las cosas que diferencia a los desayunos de esta santa
casa, son los lugares donde se encuentran los salones, en refectorios, en salas
con ventanales con unas vistas espectaculares, en patios interiores que te
hacen sentirte especial y diminuto a la vez por sus grandes dimensiones, y así
podría seguir más y más, pero quisiera destacar el último en el que he estado
el Parador de La Granja.
Patio de desayunos en el Parador de la Granja |
Quisiera contaros que en mi última visita al Parador de
Cervera de Pisuerga invité a unos primos santanderinos a desayunar allí, no
estaban alojados, y les dijimos que vinieran a desayunar con nosotros, sólo
verles las caras de satisfacción mientras degustaban todos aquellos manjares,
con su cecina y embutidos de la zona, fue un gustazo y un placer hacerlo, os lo
recomiendo quedaréis como unos campeones.
Otra cosa que me encanta es que puedes pedir café espresso o
de máquina, el café en general en los hoteles es algo malo y poder pedirlo de
máquina merece la pena. También la opción de pedir huevos fritos o revueltos
está implantado en todos los que he estado y hay a veces que apetece tomarse dos huevos fritos con morcilla, como
decía mi profesor de Latín del Instituto, que lo recomendaba siempre para que estuviéramos
entonados para traducir esos textos largos y farragosos en esta lengua muerta, declinar
y analizar a primera hora era duro, pero no se me daba mal.
En definitiva, es un placer de otro mundo en la tierra, me
acuesto ya la noche anterior pensando que me encontraré nuevo para probar al
día siguiente. ¿No estaré enfermo?
Dedicado a todos aquellos que
disfrutan comiendo y no lo hacen sólo para sobrevivir
Escrito por Filustro
Jajaja, no, no estás enfermo, y si así fuera los estaríamos muchos. Una de las mejores cosas de los Paradores son sus desayunos, y que en cada uno tengan sus platos, embutidos o dulces típicos de la zona. Además desayunar, como tu dices, en comedores tan bonitos y todos diferentes es uno de los placeres de alojarse en ellos. Muy apetitoso lo que nos has escrito, un abrazo.
ResponderEliminarHola Filustro, gracias por la dedicatoria, porque yo soy de esas personas que disfrutan comiendo y mucho, asi es que imaginate como me pongo, bueno mejor dicho nos ponemos, porque Jose no se queda atrás, desayunando en los Paradores, relajadamente, ese zumito natural, ese jamoncito, esos embutidos.....hay que hambre que me está entrando a estas horas solo con recordarlo. Si es que comer es un placer, a la porra las dietas (ahora que no me oye ni me lee Jose, que le ha puesto a dieta el cardiologo)
ResponderEliminarMi querido Filustro no sabes como te comprendo,
ResponderEliminary lo de acuerdo que estoy contigo en esto de los desayunos de paradores.
En lo que quizá no este de acuerdo es en que en todos se desayuna igual de bien,he tenido un par de experiencias negativas,lo cual son muy pocas teniendo en cuenta que hace ya muchos años que soy adicta a estas casas y he recorrido unas cuantas de ellas, así que el porcentaje es mínimo.
Coincido contigo en ese desayuno magnifico de Alcala de los que mas me gustan,creo que el que mas, después Santo Estevo,y el de la Granja también me gusta muchísimo!!!!desayunar en Lerma fue bonito,nevaba y estábamos en una mesa que daba justo a ese precioso balcón,y el comedor era de estilo romántico decorado como bien dices de forma ideal.En Alarcon es el único sitio que lo sirven a la carta ,pero desde luego fue un lujo también y aunque diferente me gusto,y desayunar viendo el bello paisaje de Ciudad Rodrigo,es algo que no olvidare,con mi acompañante solos muy temprano,te levantas con esa ilusión!!!aunque luego no pueda ni con la mitad,"a sayunar!!!"le digo " a sayunar!!!" cuantas veces hemos sido los primeros para poder así disfrutar de la soledad del comedor, en fin como veras no eres el único adicto a los desayunos memorables de paradores,gracias por este sabroso articulo.bsss
Jeje, tragón! No te olvides de los desayunos de Argómaniz y de Almagro que no se quedan atrás.
ResponderEliminarNuestra debilidad por las migas con chocolate alcalaínas queda demostrada con la foto de cabecera del blog.
Yo sólo mejoraría el café.
Un beso.
Estoy de acuerdo contigo en todo, sin duda desayunar en un Parador es uno entre muchos de los mejores momentos de la estancia ¡ Quizás también estaré enfermo pero me da igual ! Desayunar en paradores es todo un placer . Saludos.
ResponderEliminarComo bien dice LaSusi he olvidado algún desayuno importante como el de Almagro, es digno de destacar. Desayunar con vistas a esos patios que tiene este parador, relaja, y te lo tomas con una tranquilidad fuera de lo común. Destacar su personal para los desayunos y cenas, encantadores y serviciales.
ResponderEliminarFilustro un artículo muy gracioso pero totalmente cierto como se desayunan en los paradores no se desayunan en ningún sitio , aparte de los paradores que habéis mencionado tengo uno que es el de Aiguablava con vista al mar creo recordar unos de los más contundentes y más variados que he visto en fin todo un placer.
ResponderEliminarUn abrazo
bueno, mi punto debil...el desayuno, es lo que mas me presta de estar en un hotel o si es en un parador, mejor que mejor. Esa moza de verde de la foto mucho me suena.
ResponderEliminarMe apunto a esos desayunos, que son una de mis partes preferidas de cualquier viaje. Esa enfermedad ya debe ser una epidemia, pero de la que no quiero curarme.
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