El Parlamento de Budapest

   El río Danubio recorre Budapest, el lado de Buda está en las colinas y allí se encuentra el distrito medieval del Castillo y el Palacio Real. En la otra orilla, Pest, está el Parlamento y es la zona comercial y financiera.

 
El majestuoso Parlamento es uno de los edificios más grandes del mundo y se construyó para demostrar la importancia económica que había alcanzado el país.

   El proyecto que ganó el concurso estaba claramente influenciado por el Parlamento de Londres, pero se introdujo una cúpula y un salón central redondo. Es de estilo neogótico, en su realización se utilizaron 40 millones de ladrillos y lo adornan más de 250 estatuas.

   Nos llevará un tiempo andar rodeándolo pero sus fachadas y detalles bien lo merecen, la cúpula roja y las torres puntiagudas le dan un aspecto regio. Luego se puede visitar su interior.

   Hay visitas guiadas en varios idiomas incluido el español y es aconsejable sacar las entradas con anterioridad.

   Después de recorrer vestíbulos, pasillos y escaleras decorados con pinturas y pan de oro, se llega a la magnífica escalinata principal con un enorme fresco en el techo. Desde ella se accede al gran salón bajo la cúpula central.

   En la impresionante Sala de la Corona no está permitido hacer fotografías. Está decorada con frescos y estatuas de reyes y héroes húngaros. En el centro hay una urna que contiene la Sagrada Corona de Hungría con su peculiar cruz inclinada. El cetro, el orbe y la espada son los otros elementos fuertemente custodiados.

   El edificio tiene dos Cámaras casi idénticas, la del ala sur es la Cámara de Diputados, utilizada en las sesiones parlamentarias, la otra es la que se enseña durante la visita.

   Dentro de la monumental edificación hay muchas oficinas, incluida la del Presidente del Parlamento, también está la residencia del Primer Ministro.

   El Monumento a los Zapatos se sitúa a pocos metros del Parlamento. Durante la Segunda Guerra Mundial era el lugar al que llevaban a los judíos; obligándoles a quitarse los zapatos antes de dispararles y tirarles al río. Nuestra guía nos contó que a veces, para ahorrar munición, sólo disparaban al primero y al último de la fila, y que la cuerda que les ataba hacía que se precipitaran los demás a las heladas aguas del Danubio, pereciendo ahogados. Es un sencillo lugar realmente sobrecogedor que nos hará sentir un espantoso escalofrío por todo el cuerpo.

Es fácil que durante nuestra estancia en Budapest pasemos varias veces por el edificio del Parlamento, y siempre nos impresionará este sensacional edificio.

                                                                                                                                                      Inma