lunes, 9 de mayo de 2016

El Muro de Berlín - East Side Gallery

Ya os contamos que durante nuestro paseo de cuatro horas por la ciudad tuvimos un primer acercamiento al muro de Berlín, lo que supuso su construcción y posterior desaparición. Aunque hace algo más de 25 años que el "muro de la vergüenza" cayó aún se pueden encontrar algunos vestigios de él por toda la ciudad como, por ejemplo, en la exposición Topografía del Terror o en Postdamer Platz.

Sección de muro en Postdamer Platz



El guía de la visita nos contó cómo la construcción del muro separó, de la noche a la mañana, a familias enteras dentro de la misma ciudad. En 1961, el gobierno de la RDA, harto de perder población hacia el oeste, dictamina que se delimite, con alambradas primero, y con un muro de ladrillo después, la zona aliada de Berlín por la que cada vez más y más personas se marchan para no volver. Hasta ese momento, muchos berlineses cruzaban a diario los puestos fronterizos para ir a trabajar o a sus quehaceres y luego regresaban a sus hogares en la parte este. Sin embargo, la población en la Alemania oriental había disminuido en casi 3 millones de personas en los últimos años y empezaba a escasear mano de obra cualificada para trabajar.

Imagen de archivo, el muro en la Puerta de Brandeburgo desde el lado occidental
La mañana del 13 de agosto de 1961 Berlín amaneció con 155 kms. de alambrada provisional que impedían el paso a la zona occidental. La operación se llevó a cabo en secreto y, en tan sólo una noche, se cerraron 69 puestos de control, el transporte se vio interrumpido y muchas calles cortadas. Los días posteriores se desalojaron algunos edificios que habían quedado en la franja de separación y se tapiaron puertas y ventanas. Con el paso de los años, hubo muchos intentos de escape, algunos con éxito - los menos -, de forma que el muro fue ampliándose hasta límites insospechados para aumentar su seguridad.


Este dibujo os aclarará que no se trataba de una simple pared de hormigón como habréis podido imaginar. La franja de la muerte estaba formada por un muro doble de entre 3,5 - 4 metros en cuyo interior había todo un despliegue de medidas de seguridad para evitar que los ciudadanos trataran de cruzar en cualquiera de los sentidos. Entre otros elementos de seguridad había un foso, una alambrada, una carretera por la que circulaban constantemente vehículos militares, sistemas de alarma, armas automáticas, torres de vigilancia y patrullas acompañadas por perros las 24 horas del día. Era casi imposible escapar y aún así muchos lo intentaron - unos 5.000 - aunque sólo unos pocos tuvieron éxito. Más de 3.000 personas fueron detenidas y unas cien personas murieron en el intento, la última 8 meses antes de la caída definitiva del muro.


Homenaje a los fallecidos en su intento por cruzar el muro


Caída del muro
En 1989 el bloque comunista estaba muy debilitado debido a la Perestroika - una política de apertura que no fue demasiado aceptada al principio - que Gorbachov había iniciado en la URSS y a la apertura de fronteras entre Austria y Hungría. Por entonces se produjeron diversas manifestaciones entre los ciudadanos del Berlín oriental en Alexanderplatz mientras aumentaban las peticiones de asilo en la Alemania federal desde Hungría por parte de ciudadanos de la RDA. Hasta que, finalmente, la tarde el 9 de Noviembre de 1989, el gobierno de la Alemania Oriental permitió el paso del este al oeste. Minutos después comenzaron a llegar a los puestos fronterizos los primeros berlineses del este con sus pasaportes dispuestos a cruzar al otro lado de la ciudad. Los guardias no sabían muy bien qué hacer pues también habían escuchado a sus dirigentes autorizar el paso. Así que, finalmente, abrieron las fronteras y ya nada ni nadie pudo detenerlos. Familias y amigos pudieron volver a reunirse después de 28 años separados.

East Side Gallery

Un lugar imprescindible cuando organicéis vuestra visita a Berlín es la East Side Gallery. Se encuentra en Warschauer Straße muy cerca de la Ostbahnhof. A poca distancia se conserva en pie el mayor tramo de muro de Berlín de 1,3 kms. de largo y es la mayor galería de arte al aire libre del mundo. Para nosotros era una visita imprescindible y reservamos nuestra última mañana en Berlín para disfrutar de ella, cancelando nuestros planes de recorrer algunos de los búnkers subterráneos.


Algunos años atrás, la ciudad de Berlín pidió a más de 100 artistas de todo el mundo que viajaran a hasta la ciudad para pintar su propia interpretación del muro y el cambio que había producido su caída. A lo largo de la ribera del río Spree, en la parte oriental podréis admirar el resultado de este llamamiento: 118 graffitis de artistas procedentes de 21 países, restaurados en 2009, que expresan una gama de emociones desde la euforia hasta la esperanza por un futuro libre y mejor. Los murales son realmente impresionantes pero todos comparten la temática del muro de fondo. Entre los más fotografiados está el del beso de Erich Honecker al líder ruso Brezhnev, el Trabant atravesando el muro o las palomas de la paz.

Puente Oberbaum

Muy cerca de aquí se encuentra Oberbaumbrücke, el puente que comunica las dos orillas del Spree y los distritos de Kreuzberg y Friedrichshain. Durante los 28 años en los que el muro estuvo en pie fue un paso fronterizo para peatones bastante vigilado. En la noche del 5 de octubre de 1961, Udo Düllick intentó fugarse a Berlín oeste por las aguas del río Spree pero antes de alcanzar la orilla sus fuerzas le abandonaron y se ahogó. Los bomberos de Berlín Oeste sólo pudieron rescatarlo muerto de las aguas. Posteriormente se ahogaron en el mismo tramo del río 5 niños que jugaban en las cercanías de la ribera del Spree, cuyas aguas pertenecían por completo a Berlín Oriental, sin que nadie les socorriera. Los berlineses del oeste no acudían a auxiliar por temor a que les dispararan por "violar la frontera“. Tampoco los guardias fronterizos de la RDA ofrecían ninguna ayuda. Finalmente, el 29 de octubre de 1975 se concluyó un acuerdo entre el Senado de Berlín (Oeste) y el gobierno de la RDA que permitía a los socorristas de Berlín Este actuar en aguas fronterizas en casos de urgencia.

Tras conocer de cerca la historia del muro de Berlín, sólo nos queda una reflexión: nunca se debe dar la espalda al pasado; hay que mantener viva la memoria de lo que supuso para Alemania y los berlineses un momento histórico tan importante como fue la caída del muro. Ellos lo saben y no lo ocultan, el muro siempre formará parte del paisaje de Berlín. 

Susana

4 comentarios :

  1. Gran artículo Susana, muy descriptivo e interesante. El muro de #Berlín es historia del siglo XX y no hay que perdérselo cuando se visita la capital alemana. La East Side Gallery me parece una gran aportación para que no se olvide lo que se produjo durante 28 años en este lugar. Conocer la historia es primordial para que no se repitan atrocidades, aunque no siempre es así. Partir una ciudad en dos por la guerra fría entre Estados Unidos y Rusia, después de lo ya vivido en la 2ª Guerra mundial, fue la puntilla para una ciudad que a principios del siglo XX fue una de la referencias en Europa. Nunca hay que olvidar lo que pasó, pero los berlineses están consiguiendo volver a poner su ciudad entre las principales del viejo continente, os aconsejo que la visitéis os sorprenderá su ambiente y lo bien que se trata al visitante.

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  2. Interesante artículo, Susana.
    La primera vez que estuve en Berlín era pequeña y aún existía el muro, aunque poco después ya lo derrumbaron. Berlín Occidental era un lugar moderno, animado y colorista, Berlín Oriental era gris, silencioso y triste. Recuerdo lo que me impactó pasar la frontera entre las dos partes de la ciudad. Nos pararon y miraron los bajos del autobús con espejos, se subió un policía y nos miró uno a uno detenidamente el pasaporte, y se cruzaba el espacio que había de separación muy despacio ya que había paredes en zig zag que te obligaban a frenar y maniobrar con dificultad, sorteando alambradas y torres de vigilancia. Fue tremendo. Una vez ya en Berlín Oriental nos llevaron a ver la ciudad pero sin dejarnos bajar del autobús y con una guía oficial uniformada que nos soltó todo un discurso sobre las ventajas del régimen.
    Pasados ya unos años cuando volví a Berlín no parecía la misma ciudad y era como si la experiencia anterior no nos hubiese ocurrido, pero sí fue todo cierto. La caída del muro es algo que no debemos olvidar y que no deberíamos permitir que sucediera nunca algo así.

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  3. Un lugar increíble para visitar, muy interesante y una gran oportunidad para hablar de historia en una ciudad fantástica. Bastante impresionantemente el tramo de muro que se conserva. Por cierto, un muro que nunca debió existir.
    Realmente me ha parecido impresionante, creo que merece la pena darse una vuelta por allí.

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  4. Sorprendente testimonio histórico de un hecho que nunca tuvo que haber ocurrido. Me ha gustado la reflexión: nunca se debe dar la espalda al pasado; hay que mantener viva la memoria, sobre todo para no volver a cometer el mismo error. Aunque es una triste historia es interesante visitar estos lugares para imaginar como eran en realidad.

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