La historia de esta ciudad se remonta a la época en que las tribus astures habitaban estos parajes. Aunque fueron los romanos quienes convirtieron a la legendaria Gigia (actual Gijón) en un importante núcleo de población. La famosa Ruta de la Plata que unía el norte con el sur de España, concurría en Gijón, convirtiendo a su puerto marítimo en el más importante de todo el Cantábrico.
A pesar de su antigüedad, siempre me he preguntado por qué Gijón no cuenta con grandes monumentos y ese tipo de cosas que abundan en tantas otras ciudades. Lo cierto es que esta ciudad, debido a su situación estratégica, ha sido siempre muy vulnerable. Una serie de asedios y guerras terminaron con todo lo que hubo antes de finales del siglo XIV, la ciudad fue arrasada y quemada, la Guerra de la Independencia y después la Guerra Civil española hicieron el resto.
Hoy Gijón ha sabido resurgir de sus cenizas y nos recibe con los brazos abiertos, es una ciudad intensamente viva de esas que da gusto descubrir. Al recorrer nuevamente sus calles me embarga un sentimiento de alegría porque Gijón siempre tienen algo que enseñarme. Una ciudad hecha para pasear con la calma de quien no tiene prisa.
El itinerario por el casco histórico lo podéis empezar desde cualquier punto. Particularmente me gusta la zona del puerto deportivo. Un excelente lugar para sumergirse en el antiguo barrio de pescadores, Cimadevilla, en torno al cual se creó la ciudad y que aún conserva ese ambiente propio de su pasado marinero.
Antes nos detendremos un momento en la plaza del Marqués junto a la estatua del primer héroe de la Reconquista española, Don Pelayo, que en esta ocasión me recibió escanciando sidra y es que en Gijón cualquier excusa siempre es buena para celebrar algo. Hay una curiosa costumbre de vestir a esta estatua cuando llegan los Carnavales.
Don Pelayo |
En esta plaza encontramos la construcción más emblemática de Gijón, el palacio barroco de Revillagigedo del siglo XVIII con sus torres almenadas que le dan cierto aspecto medieval. En la actualidad, pertenece a Cajastur y en su interior encontraremos un Centro de Arte Contemporáneo y diversas exposiciones temporales.
Palacio de Revillagigedo |
Toda esta zona es un lugar de encuentro y reunión donde abundan los restaurantes y sidrerías en cada esquina, ideales para realizar apasionadas tertulias. Visitaremos la Plaza Mayor, presidida por el Ayuntamiento, escenario de actos festivos y celebraciones populares.
Nos acercaremos al Museo Casa Natal de Jovellanos, una visita muy recomendable donde encontraréis todo referente a este ilustre personaje. Seguiremos recorriendo las sinuosas calles de esta pequeña Península en busca de la parte más alta del Barrio de Cimadevilla donde se encuentra el cerro de Santa Catalina. Aún tendremos tiempo de ver la capilla de los Remedios donde descansan los restos de Jovellanos, la Torre del Reloj, antigua cárcel hoy convertida en museo. Visitaremos la capilla de la Soledad, sede de la Cofradía de Pescadores o la plaza la Tabacalera donde destaca un enorme edificio. Es un antiguo convento convertido en Fábrica de Tabacos.
Casa Natal de Jovellanos |
El cerro de Santa Catalina es un lugar estratégico desde donde se defendía toda la bahía de Gijón. Todavía quedan los restos de lo que fue un fuerte de artillería, pero lo que nos llamara la atención de este parque será una enorme escultura de hormigón, el “Elogio del Horizonte”.
Esta escultura de Eduardo Chillida causó un gran rechazo al principio, pero con el tiempo se ha convertido en el símbolo de la ciudad. Simboliza la unión entre el cielo y el mar en el horizonte. La escultura está concebida para ser admirada desde su interior, donde se escucha y se aprecia la inmensidad del mar.
Elogio del Horizonte |
Descendemos dejando atrás el cerro de Santa Catalina en busca de la playa de San Lorenzo y de San Pedro la iglesia más concurrida y emblemática de la ciudad, testigo de infinidad de ceremonias de gran importancia en la vida de los gijoneses.
Iglesia de San Pedro |
La Iglesia de San Pedro se encuentra junto a las Termas Romanas del Campo Valdés y al paseo del Muro de la playa de San Lorenzo donde comienza un fantástico paseo al lado del mar. Aunque esto mejor lo dejaré para otro día.
Rafa
Una ciudad que me gusta muchísimo, he estado varias veces y nunca me cansa, tiene un montón de rincones y un ambiente estupendo. Qué decir de Gijón y de Asturias que no se haya dicho ya, sus playas, sus paseos, su gastronomía. Todo merece la pena de este Paraíso Natural.
ResponderEliminarEstoy de acuerdo contigo en que es una ciudad que aunque no conserva grandes edificios y monumentos tiene un encanto muy particular, quizás por el lugar tan hermoso en el que se encuentra, sus playas, sus gentes y su gastronomía que la hacen muy atractiva para el visitante al mismo tiempo. Una gran propuesta, Rafa.
ResponderEliminarQue buen paseo nos has dado por Gijón, Rafa. El ambiente de terrazas que hay cerca de la Plaza Mayor es muy animado, con un montón de sitios para tapear y beber sidra, así como de restaurantes que ofrecen pescado y marisco muy frescos y platos típicos de la deliciosa gastronomía asturiana.
ResponderEliminarLas veces que he estado allí me ha gustado mucho, en especial la zona de la playa de San Lorenzo, esperaré, como dices, a que nos cuentes otro día algo sobre ella.
hermoso lugar , bellas fotos , abrazos
ResponderEliminarPasear por la ciudades costeras tiene un punto especial y en Gijón además se junta con el carácter afable y acogedor de los asturianos. Conozco Gijón poco, he estado de boda y poco más, tendré que volver para escudriñarla mejor. Con este primer paseo que nos relatas Rafa, me hago muy buena idea de lo que hay que descubrir en esta ciudad. No todo son grandes monumentos, hay muchos lugares que invitan a pasearlas y conocerlos, no todo es arte, el ambiente, la gente y su gastronomía también es una parte importantes de la vida de las ciudades. Gran trabajo.
ResponderEliminar