Cangas de Onís fue elegida por Don Pelayo como sede para la naciente monarquía. Allí comenzó la Reconquista, tras la victoria conseguida en la famosa Batalla de Covadonga, hoy es una villa acogedora y muy animada gracias al trasiego de los numerosos visitantes que recibe a diario. Sobre todo cuando llega el buen tiempo.
Paso obligatorio y una de las puertas de entrada más conocidas al Parque Nacional de Picos de Europa. Lo primero que nos llamará la atención nada más llegar es su famoso puente, todo un símbolo del paisaje asturiano, del que cuelga una réplica de la Cruz de la Victoria. Se le conoce como el puente romano, pero en realidad este puente es medieval. Se construyó entre los siglos XIV o XV sobre los restos de un antiguo puente romano. Estuvo en uso hasta bien entrado el siglo XIX ya que era utilizado para el tránsito de personas y mercancías que se acercaban a Cangas de Onís.
La calle principal es la avenida de Covadonga, la de más tránsito, donde abundan los comercios, sobre todo de souvenirs y productos gastronómicos. Caminando por esta calle iremos descubriendo la presencia de varios edificios interesantes, como el del Ayuntamiento o el palacio Dago, edificio representativo de la arquitectura montañesa y centro de información del Parque Nacional de los Picos de Europa.
Iglesia de la Asunción |
En la confluencia con la calle del Mercado, encontramos una bella plaza con la iglesia de la Asunción y su característico campanario con doce campanas. Junto a la iglesia está el palacio Pintu, típico palacio asturiano y justo detrás, a través de sus soportales podemos ver la Plaza del Mercado. Donde todos los domingos se dan cita los productos de la huerta y los quesos más emblemáticos de los Picos de Europa. Aunque el queso más típico de Cangas es el Gamonedo, el Cabrales es el protagonista indiscutible.
Después podéis comprar un surtido de quesos en "La Barata", una de las tiendas más antiguas y conocidas de Cangas, que de barata tiene poco. Además cuenta con una gran variedad de productos asturianos muy bien expuestos. Así que aunque no compréis nada, os recomiendo que la visitéis.
Antes de abandonar la visita, nada mejor que tomarnos una sidra en cualquiera de los múltiples bares-sidrerías que hay repartidas por el pueblo. Opté por una terraza junto al puente medieval y el río Sella, donde aparte de disfrutar de la sidra natural, disfruté de uno de los elementos arquitectónicos más fotografiados de Asturias: su puente.
Rafa
Siempre que leo algo sobre Cangas de Onís, no puedo evitar acordarme de la Feria del Queso, en una carpa había muchos puestos con diferentes quesos para su degustación y venta, todos deliciosos y algunos de producciones poco conocidas y limitadas.
ResponderEliminarEl rincón que más me gusta en Cangas es su famoso puente.
Rafa, estás hecho todo un experto en esta preciosa zona de Asturias.
Cangas es un pueblo con mucho encanto tanto por la naturaleza que lo rodea como por la historia que sus edificios atesoran, entre ellos el puente que nos mencionas. Una de las instantáneas más conocidas de España. Que decir de la gastronomía asturiana, simplemente de diez, todo es de una calidad excelente.. Todo esto sumado configura una experiencia única. Gracias Rafa por enseñarnos cangas y todo lo que nos ofrece. Gran trabajo, mi enhorabuena, me has despertado las ganas de volver por esas tierras.
ResponderEliminarQué bien nos cuentas la historia asturiana que, en realidad, es la nuestra. Si además mientras nos la cuentas nos muestras sus rincones como este de Cangas de Onís, del que guardo un especial recuerdo pues aquí fui en mi viaje de fin de curso del instituto, resulta la manera ideal de trasladarnos a esta bella tierra. Gran trabajo Rafa.
ResponderEliminarMe gusta mucho Asturias, sobre todo la zona de Cangas de Onis, el ambiente, el pueblo y sobre todo el puente. Sin duda un lugar para hacer una visita por todas las posibilidades que ofrece.
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