Cuando en 1486 los Reyes Católicos peregrinaron hacia Santiago, a su llegada encontraron una gran falta de atención a los peregrinos y ordenaron iniciar las obras de un gran edificio para utilizarlo como Hospital Real, para poder así acoger al que lo necesitara. En su plateresca portada están representados en grandes medallones ambos monarcas.
Considerado el hotel más antiguo del mundo, se empezó a construir en 1499, como hospital para albergar peregrinos y enfermos, y recibía donaciones de ciudadanos, parte de las rentas de la corona y una cuota de cereal por campesino.
Los eslabones de la cadena que hay delante del edificio son los originales, y están entrelazados con pilares de piedra llamados candelabros, por su agujero superior, para colocar en ellos las antorchas que iluminaban el lugar. Quien tocaba estas cadenas gozaba de derecho de asilo por ser Fundación Real, aunque algunos delitos se castigaban fuera de forma pública.
En él trabajaban cientos de personas de variados oficios: herreros, pintores, carpinteros, vidrieros, sastres, lavanderas, hortelanos, despenseros, además de monjes, varios capellanes y personal sanitario.
En el impresionante edificio destacan los cuatro patios, el de San Lucas y San Mateo son barrocos, el de San Marcos y el de San Juan, renacentistas. En el centro de los cuatro patios se ubica la capilla. Cuenta además con varios salones como el Salón Real, el de
El patio de San Juan, o también llamado el de la cocina era donde se encontraba la misma, estaban además en él la cárcel, la inclusa y la enfermería. En la inclusa se acogía a los niños abandonados, si eran recién nacidos se entregaban a las parroquias que los repartía entre las campesinas lactantes a cambio de algo de dinero.
En el patio de San Marcos estaba la botica, en el centro hay una preciosa fuente con tritones. El de San Lucas es el más pequeño y por lo tanto es un recinto más austero y recoleto.
El patio de San Mateo está rodeado de ventanas alternadas con balcones, cuenta con un pozo con una cubierta en forma de templete apoyado sobre columnas, y un jardín con setos en forma de cruz con los emblemas de los Reyes Católicos.
El Parador instalado en este histórico y bellísimo edificio, conserva muchos elementos originales, cuenta con todas las comodidades, y el buen gusto se refleja en todas sus estancias y rincones. He estado alojada en él en varias ocasiones, y recuerdo la primera vez que me llamó mucho la atención que al llegar, en recepción, nos entregaron un plano para facilitar nuestra ubicación, y poder así recorrer todas las instalaciones e identificarlas.
Y otra cosa que siempre me ha impresionado es la constante actividad que tiene, continuamente están entrando y saliendo huéspedes y curiosos. Seguramente por su magnifica situación, está en el mejor lugar de Santiago, además de por la belleza del Parador.
En la Habitación Única, llamada la Suite del Cardenal, hay un impresionante artesonado de madera de estilo mudéjar, que junto a antigüedades y obras de gran valor hacen de este espacio algo muy exclusivo. Cuenta con dos grandes camas con dosel, chimenea y con un amplísimo cuarto de baño con bañera de hidromasaje, sin duda es un lugar para no moverse de él si no fuera por todas las maravillas que hay que descubrir en el resto del Parador.
Este majestuoso edificio te remonta a otra época, merece la pena pararse a contemplar los cuadros, los tapices, las lámparas, el mobiliario y cualquier detalle de su decoración o de su arquitectura. Cuenta con un personal eficaz y una esmerada atención al cliente. Todo está muy cuidado, recreando un ambiente muy especial, lo que hace que nos sintamos acogidos dentro de este Hostal de los Reyes Católicos.
Inma
Conocí este magnífico Parador el verano pasado durante una visita a Santiago de Compostela. Su ubicación no podría ser mejor, en la Plaza del Obradoiro pero lo que más me maravilló fue sin duda su interior. Es un parador museo y pudimos ver una muestra de trajes de época que había expuesta y recorrer todos los patios. Creo recordar que el Transcantábrico lo incluye como alojamiento en su ruta. Un establecimiento que merece la pena visitar aunque no estés alojado. Un artículo estupendo y muy bien ilustrado con las fotos, Inma.
ResponderEliminarPude disfrutar de este maravilloso Parador el año pasado y tengo que decir que me sorprendió gratamente, es fantástico. Aunque ya lo conocía de una visita anterior, al estar alojada en el pude disfrutar de sus cuatro patios, asomarme al balcón de su fachada principal y ver la catedral con todo su esplendor. Me acuerdo como disfrute de su gastronomía en sus dos restaurantes y de sus desayunos, como siempre ricos y variados.
ResponderEliminarEs un Parador lleno de encanto, lo mejor es perderse por el interior del edificio, recorrer sus claustros y sus salones.Una autentica obra de arte. La ubicación es todo un lujo, en la misma Plaza del Obradoiro junto a la Catedral. Una de las cosas que más me sorprendió de Santiago de Compostela fue el ambiente y la gran cantidad de peregrinos que encontré a cualquier hora de día o de la noche.
ResponderEliminarEste Parador-Museo es una maravilla, es un monumento más de esta fantástica ciudad gallega. Es inmenso,no me extraña que a los alojados les den un mapa. Los cuatro patios que lo conforman son preciosos, cada uno en su estilo. No nos alojamos allí, pero todo se andará. comentar que me gustó mucho el ambiente de Santiago de Compostela, mezcla de peregrinos, turistas, universitarios, gentes del lugar, Es una ciudad con mucho arte que no hay que perderse. La situación del Parador en el punto neurálgico de la ciudad, La Plaza del Obradoiro, le da todavía más señorío. Por cierto esta plaza es uno de esos lugares que nunca se olvida, por lo que representa, sus edificios, su amplitud. Minucioso y completísimo artículo Inma, Genial.
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