Entre Véjer de la Frontera, Barbate y Caños de Meca, se encuentra el Parque Natural de la Brea y marismas de Barbate, un auténtico tesoro ecológico donde se alzan los acantilados más colosales de toda la costa andaluza.
A finales del siglo XIX los vecinos de esta comarca, con el fin de retener el avance de las dunas (tierras arenosas y secas arrastradas por el viento de Levante) decidieron reforestar la zona con pinos piñoneros y otras especies arbóreas, creando un auténtico bosque mediterráneo. Pero este parque no es sólo bosque, comprende también una franja marítima de gran valor natural y paisajístico. Además cuenta con unos acantilados que llegan hasta los cien metros de altura.
Aunque son varias las rutas que podemos hacer por esta zona, voy a acercarte por una de ellas, sin duda una de las más impresionantes: el denominado Sendero de los Acantilados.
Desde la playa de Hierbabuena (Barbate), una pequeña indicación indica el comienzo del sendero que te llevará hasta la Torre del Tajo donde se encuentra los acantilados y desde donde las vistas sobre la costa son francamente preciosas. Es una caminata de unos cinco kilómetros con una subida suave, con diversos firmes: a veces arenosos, a veces más compactos y a veces un poco pedregosos. En general resulta fácil de andar, donde poco a poco se irá ganando altura. La Torre del Tajo se presentará ante nosotros con los acantilados plagados de nidos de gaviotas y garcillas.
Para los menos andarines existe otra posibilidad más corta, pero igual de interesante que la anterior. Recorriendo algo más de kilómetro y medio por un sendero llano y cómodo. Desde Barbate cogemos la carretera que lleva hacia Caños de Meca, a los pocos kilómetros una pequeña zona de aparcamiento a la izquierda nos indica el comienzo del sendero.
El camino está bien señalizado y penetra en el bosque de pinos piñoneros, donde su olor será nuestro compañero de viaje hasta llegar a la Torre del Tajo donde nos acercaremos a los múltiples miradores sobre el mar.
La Torre del Tajo se construyó en el siglo XVI para alertar sobre la presencia de piratas y otros enemigos en las proximidades de la costa. Aunque hay vallas de madera en los puntos más peligrosos que protegen de eventuales caídas hay que extremar la precaución y evitar acercarse demasiado al precipicio. Recuerda que en esta zona alcanzan los cien metros de altura.
Es un lugar excepcional que te sorprenderá con una panorámica espectacular, con impresionantes acantilados, ideal para la observación de las aves. Desde aquí, en los días claros podrás ver la costa africana.
Un lugar con mucho encanto, donde disfrutar de la flora, fauna y de un paisaje inigualable.
Rafa
Ya, Rafa, te faltó el final. Ahí donde después de la caminata de 5 km para ir y otros tantos para volver, te fuiste a ese lugar donde te pusieron unas tortillitas de camarones acompañadas de gambas de Huelva y vino de la tierra. Creo que se nota que es la hora de comer. Saludo y seguimos viajando y leyendo.
ResponderEliminarRafa precioso lugar nos enseñas. La costa gaditana con sus infinitas playas y estos fantásticos acantilados están subiendo puntos para un próximo viajes. Como siempre fantástico artículo.
ResponderEliminarHola Rafa. Me ha parecido un sitio peculiar encontrar en pleno litoral de Cádiz semejantes acantilados. El paseo debe ser encantador con ese olor a pino que nos cuentas y el mar a un paso, tan cerca y tan lejos a la vez. Un paraje natural que recorrer en un futuro viaje a esta zona de España.
ResponderEliminarGracias por mostrárnoslo.
Muy buenos recuerdos tengo de esta zona , la primera vez que fui me enamoré de sus playas y la puesta de sol , he pasado muchos veranos allí y creo que son las mejores playas de España .
ResponderEliminarEl paseo para ver los acantilados es una maravilla y sus vistas impresionan.
No conozco esta zona de costa, pero por lo que nos dices debe de ser preciosa, sobre todo por los acantilados, un paseo espectacular. Gracias, Rafa, por traernos al blog paisajes tan bonitos.
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