martes, 9 de enero de 2018

La Colegiata de Santa Juliana


Colegiata de Santa Juliana
En el siglo IX un grupo de monjes llegó a una pequeña llanura resguardada por las montañas y cercana a la costa. No venían solos, viajaban con un féretro en el que se hallaban los restos de una mártir de nombre Illana. Una mujer nacida en la actual Turquía que, durante las persecuciones del emperador Diocleciano, se negó a renunciar a su fe cristiana.





En aquel mismo lugar los monjes levantaron una ermita, más tarde, un primitivo monasterio, en torno al cual creció una pequeña aldea. Pronto recibieron la ayuda de los nobles de la zona y, del nombre de la santa, aquella población pasó a convertirse en Sancta Illana, (Santillana).




Una amplia escalera de piedra enmarcada por dos leones te permite el acceso por el lado sur. La visión resulta impactante por el volumen de la construcción y por el tono dorado de la piedra. Aquí se encuentra la portada principal cubierta por sencillas arquivoltas coronadas por figuras muy deterioradas. Si te fijas en la portada verás un Pantocrátor sostenido por cuatro ángeles y justo encima, en el frontón renacentista, se encuentra una imagen de Santa Juliana pisando al demonio.


Las épocas de prosperidad llegaron y pasaron como en otros tantos lugares y la colegiata de Santa Juliana se hundió en el olvido y la miseria. Hasta que un buen día llegó a Santillana del Mar Benito Pérez Galdós y cuando vio la colegiata, cerrada para evitar que el ganado pastase en su interior, se conmovió tanto que comenzó una campaña para salvar aquel tesoro. Lo consiguió y en 1889 la colegiata fue declarada monumento histórico nacional. La casualidad hizo que ese mismo año Marcelino Sanz de Sautuola descubriera las cercanas Cuevas de Altamira.



Cuando recorras el silencioso claustro de Santa Juliana, verás que lo componen arcos de medio punto, sustentados por columnas cuyos capiteles presentan toda la riqueza de la escultura románica. Sumérgete en los detalles de la nave central de la iglesia. Tu mirada encontrará el sepulcro de Santa Juliana además de un interesante retablo hispano-flamenco y, en la capilla bautismal, una pila del siglo XII, tallada con escenas bíblicas.



Santillana del Mar es un lugar especial donde tendrás la oportunidad de conocer uno de los conjuntos monumentales mejor conservados de Cantabria y uno de los pueblos más bonitos de España. Permanece prácticamente intacto desde el siglo XVII y cuando llegues, verás que es un pueblo lleno de vida, en el que conviven las tiendas que venden souvenirs con un gran número de asombrosas casonas señoriales.




                                                                                                                                                           Rafa

3 comentarios :

  1. Qué preciosidad de claustro, con lo que me gustan a mí, y esta Colegiata no la conozco, o al menos no lo recuerdo. Hace ya bastantes años que estuvimos en Santillana, y tendremos que volver. Por supuesto cuando lo haga, no me perderé la visita a Santa Juliana, me ha parecido un lugar espléndido.

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  2. Santillana del Mar es un lugar precioso y un destino perfecto para aquellos que deseen disfrutar de uno de los pueblos más bonitos de España. Sus calles empedradas nos conducen a La Colegiata, magnífica obra románica donde hay que dedicar tiempo para disfrutar de su interesante Claustro.

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  3. Santillana del Mar parece un lugar sacado de otra época; sus calles, su ambiente y sobre todo sus casonas y edificios entre los que destaca la magnífica colegiata invitan a perderse en este bonito pueblo cántabro. La iglesia de Santa Juliana es imponente y destaca majestuosa en su emplazamiento aunque la verdadera sorpresa está en el interior de sus muros que albergan un fantástico claustro románico decorado con todo tipo de motivos ornamentales que os dejarán maravillados. Gran propuesta!

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