jueves, 16 de agosto de 2012

Sidi Bou Said

Antes de que la denominada "Primavera Árabe" comenzara a muy pocos kilómetros de Sidi Bou Said, tuvimos la oportunidad de viajar a Túnez para realizar un circuito por todo el país de unos 3.000 kms. de recorrido y una semana de duración.
De este viaje guardo unos recuerdos fantásticos y conocí una gente maravillosa además de un país muy moderno y joven con ganas de abrirse hacia Europa y desarrollar su potencial pero preservando al mismo tiempo sus costumbres y su gran patrimonio cultural e histórico.


Sin duda el lugar que más me caló fue Sidi Bou Said, emplazado en la costa, muy cerca de las ruinas de Carthago (cuna de la civilización púnica y puerto estratégico en la antigüedad) y la capital, Túnez. 
Fue una suerte visitarlo a primera hora de la mañana, lejos del bullicio de los turistas que recalan allí cada día desde los cruceros por el Mediterráneo. 


Desde muy temprano Sidi se inunda de sol y se pueden recorrer sus calles sin prisa, disfrutando de rincones desiertos o de una escalera que sube a un tejado y nos descubre una magnífica postal y sobre todo contemplar las vistas al mar azul, azulísimo desde tan privilegiada atalaya. 



El elemento más peculiar de Sidi son sus casas encaladas de blanco con las puertas y ventanas pintadas de azul, prácticamente todas las viviendas siguen esta norma pero hay otras con puertas amarillas o plagadas de enormes buganvilias que lo llenan todo de color y optimismo como el de sus gentes.
Según los tunecinos el color azul es símbolo de buena suerte y por eso decoraron el pueblo así. Todo un acierto porque esta seña de identidad dota a Sidi de un encanto típico mediterráneo y lo diferencia de otras poblaciones.


Una vez traspasado el arco de entrada, Sidi Bou Said nos dejará boquiabiertos y agotados por igual debido a su empinado y estrecho trazado urbano con el consabido empedrado y unas interminables cuestas
Las tiendas de souvenirs, las platerías y las tiendas de alfombras y de cuero esperan al turista pero no hay que dejarse embaucar por el mundano placer de comprar si uno no quiere. Se puede visitar algún mausoleo o dirigirse a la casa de Dar el Annabi, una preciosa y bien conservada vivienda tradicional tunecina que perteneció a un juez local. Aquí conoceremos las costumbres familiares y gozaremos de unas vistas privilegiadas de la ciudad desde su azotea. Es un buen refugio para los que huyen del sol buscando un lugar donde sentarse y degustar el famoso té tunecino con piñones.


La luz penetra por todos los lugares incluso en las calles más estrechas y el reflejo del mar invita al paseante a intentar captar todo esto en una fotografía, un instante que poder llevarse a casa de recuerdo para siempre.
No en vano, hace algunos años Sidi Bou Said se convirtió en refugio para artistas locales e internacionales que fijaron su residencia aquí sin duda atraídos por el paisaje, la luz y la tranquilidad que desprende este pueblito costero. 


A aquellos que queráis visitarlo os recomiendo contratar un transporte privado con guía local para sacar el máximo partido de la visita y elegir un día que no lleguen demasiados cruceros al puerto de Carthago. Sólo así podréis disfrutar realmente de la belleza de Sidi Bou Said.


Susana


4 comentarios :

  1. Hola Susana, con tu artículo me has recordado mi viaje a Túnez. A mi también me gustó mucho Sidi Bou Said, un sitio muy pintoresco, con sus casas pintadas y los cafés y terrazas mirando al mar.
    Me pareció muy interesante la visita a la Gran Mezquita de Kairouan.
    Hammamet tiene unas playas estupendas y recorrer su Medina siempre es una experiencia curiosa. Túnez es un destino turístico que ofrece muchas posibilidades.
    Gracias por tus fotos, son muy bonitas y alegres.

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  2. Es un pueblo precioso, verlo a primera hora es un lujo, casi sin gente, que colores, que luz. Nuestro circuito por Túnez fue una maravilla, al principio estuve un poco reticente, pero la insistencia de Susana me convenció. Gracias por hacerlo, ha sido uno de los mejores viajes que hemos hecho juntos, nunca lo olvidaré.

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  3. Un curioso pueblo muy luminoso. El color de las casas pintadas de blanco, el azul de sus ventanas y de sus puertas le da un aire muy especial .Supongo que a pesar de los turistas que lo invaden diariamente será interesante recorrerlo. Muy buenas las fotos.

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  4. Me ha soprendido mucho este pueblo, no me imaginaba que Túnez tuviese sitios tan pintorescos.
    Las fotos estupendas, con mucha luz y color.

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